J.V. Gachs: Amantes Espeluznantes 3j1a44

No. No, quédate donde estás. No rompas la silencio de este momento, porque este es un momento de misterio. Este es...

El Hora Asombroso.

¿De qué eres supuesto que eres? ¿Un tonto o algo? A veces.

Es más como surfear que escalar. Desearía que la lluvia parase solo una vez.

No puede llover todo el tiempo.

No recuerda nada de su pasado. Ni su nombre, ni su vida, ni quién acabó con ella.

Porque lo que sí tiene claro es que la han asesinado, y quizás, solo quizás, el culpable aún sigue libre.

Se ha picado la curiosidad, ¿eh? Bueno, pues ya habéis escuchado la entradilla, ya me imagino que habréis ido a buscar por internet y habéis visto la portada, podéis haber leído también el argumento de editorial, mil cosas.

Hay cosas que están claras, como esa cita a ciegas en un cementerio gracias a una app, que hay cierto factor romántico, o que una de ellas es un fantasma.

Bueno, pues bien, enhorabuena, eso es el primer capítulo del libro. Y apenas.

Abra y Ernestina son la pareja protagonista.

Abra está fascinada por todo lo sobrenatural, por esos registrones pukilovers para conocer a personas como ella, con gustos afines, entusiastas de todo lo que da repelús.

Tiene un podcast sobre misterio y una cosa muy importante, está viva.

Así que por eliminación, Ernestina es nuestro fantasma.

No vive en el viejo cementerio, es conocida como la dama de las caléndulas por aquellas personas que la ven vagar por el cementerio, y se conecta a Spooky Lovers gracias a un viejo móvil abandonado por un asustado visitante.

Ernestina sabe que está muerta, pero no conoce desde hace cuánto tiempo, ni recuerda nada de su pasado ni si puede salir del cementerio.

Nada de nada, salvo una no existencia basada en especulaciones y una personalidad fantasmal que se dio forjando poco a poco con lo que tenía a mano.

Abra y Ernestina ya se conocen, aunque sea la primera vez que se ven.

¿Que se ven cara a ectoplasma? Bueno, pues eso.

Y se quieren. Ah, y no hay conflicto, no se gastan páginas ni novela.

Entonces, ¿dónde está el lío o el jaleo de la novela? Pues en la circunstancia de que Ernestina no conoce su pasado, ni quién es ni quién la asesinó.

Porque Ernestina, en los momentos más inoportunos, revive su propio asesinato, cruel y violento, devolviéndola a un infierno momentáneo.

Lo que podría parecer una novela romántica, salta por los aires en apenas un capítulo, para convertirse en otra cosa, un thriller, si queréis, un misterio de asesinato entre un grupo de mujeres adultas, de diferente estado de vitalidad, que deben investigar el asesinato de una de ellas.

A las dos protagonistas principales, Abra y Ernestina, se le suma una tercera, Andrea, investigadora en un podcast de crímenes reales y antigua pareja de Abra, que ayudará a resolver el caso.

Tres mujeres en completa sororidad, tan distintas como complementarias, que la autora construye de forma ágil.

Abra, algo alocada y entusiasta, Ernestina, más adulta, más muerta y con traumas, y Andrea, quizás la más resolutiva y con los pies en la tierra.

Hay un grupo de protagonistas y falta, claro, una némesis.

No os voy a destripar quién es el asesino, o incluso si existe en tiempo presente, pero sí que os adelanto que estamos ante una figura que pone en primer plano varios temas que Gatch se había manejado en Epifanía.

Las relaciones sentimentales tóxicas y la violencia machista.

Tenemos un misterio, unas protagonistas, un asesino suelto y una atmósfera muy, muy peculiar.

¿Cómo consigue J.B. Gatch que esto funcione? Pues a base de ritmo, de haber visto y oído mucho y de tener una idea muy clara del espíritu, perdón por el chascarrillo, de su novela.

Amantes estudiantes, Spooky Lovers está escrita a un tipo de historia, a un estilo muy concreto.

Es rápida, ágil, pero no sacrifica profundidad o sentido por ello.

Capítulo 6.