El Iceberg. T3 Programa 33 so52

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, bienvenidos un día más a Liceber, mi nombre es Javier García Oliver y estamos otra vez, como diría nuestro amigo Raúl, en La Brecha, aquí siempre en La Brecha, aunque no seamos autónomos, que él se cree que sólo los autónomos están en La Brecha, aquí en La Brecha hay mucha gente. La Brecha es una actitud. Es una actitud, efectivamente.

Bueno, pues hoy estamos un día más para hablar con, en este caso tenemos dos invitados, vamos a hablar de cosas, bueno, como ya sabéis, en Liceber hay cosas que se ven, el 20% que está por encima, todo el mundo habla de ello y nosotros vamos al otro, vamos al 80%, lo que está sumergido, de lo que nadie habla, vamos a intentar ir al medio de la cuestión políticamente incorrecto y de cosas que no se escuchan en esos medios de comunicación, bueno, que llaman de comunicación masivo, que es casi desinformación más que otra cosa, ¿no? O información de parte, en todo caso.

Pues, como decía, hoy vamos a hablar de diversos temas, ya sabéis que aquí empezamos hablando de una cosa y acabamos hablando de los borbones, entonces, bueno, no sabemos qué nos depara la tarde, pero desde luego lo que tenemos claro es que, como siempre, en este caso no un invitado sino dos y tienen que ser buenas personas, tienen que ser amigos nuestros y tienen que ser gente que tenga algo que decir y creo que cumplen los requisitos. Y sin más, Arlindo Farto, tu nombre no es tan fácil como el mío, que es Javier García Arlindes, tiene más mérito, y José Luis Castellano.

Así es, buenas tardes. Pues nada, vamos a darle la sintonía al programa y comenzamos.

Bueno, pues como lo prometido es deuda, aquí estamos, vamos a empezar y aquí siempre lo que hacemos es no presentar a nuestros invitados y nos gusta que nuestros invitados se presenten a sí mismo de una manera breve. ¿Quién es Arlindo? A ver, explícanos. Bueno, pues Arlindo es un portugués que ha venido aquí, que ha caído aquí en Madrid, bueno, en España de paracaídas en el año 98, que bueno, tengo mi vida aquí, soy español ya con doble nacionalidad, gracias a Dios. Y nada, mi mujer es de aquí, es madrileña y aquí he caído.

Bueno, hace algunos años surgió una situación ahí un poco, digamos para mí, indelicada con mi hijo en el colegio, con el tema, digamos, del adoctrinamiento, o sea, lo que me ha hecho a mí pensar en cómo había dado el paso mi hijo a ver un arcuiris, de un arcuiris ver una bandera LGTBI, o sea, y eso a mí me ha hecho pensar, me ha hecho pensar qué era lo que estaba sucediendo, porque en casa yo nunca he enseñado a mi hijo a hablar de esos temas, consideraba demasiado, demasiado pequeño para que mi hijo llegara con ese, con ese asunto a casa, ¿no? Entonces ese día he empezado a dar vueltas y a ver qué es lo que está pasando en la sociedad, en los colegios y de forma general, referente a lo que es el adoctrinamiento. Y ahí me puse manos a la obra y había pasado también por el AMPA del colegio, que en tres días me echaron.

Eso dice, eso dice mucho él. Aquí nos solidarizamos con esto, eso es lo que él está haciendo bien.

A nosotros, a nosotros se echan estupendamente.

Pero también soy duro, porque a los tres días me echaron y a los cinco tenía un otro AMPA ya fundado y a trabajar dentro del colegio.

Y a partir de ahí empezamos una plataforma de padres a criar lo que era en la época por una educación en libertad, que era una plataforma también de padres que intentaba de alguna forma luchar en contra del adoctrinamiento escolar.

Con el pasar del tiempo conocemos Educadores contra el Adoctrinamiento, era una asociación que ya existía.