GUSTAVO ADOLFO BECQUER z264x

Buenas tardes, noches y bienvenidos a un partido de masa de Paseo Borra Historia. Hoy un paseo lleno de románticos. Decía nuestro personaje de hoy que el amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable. Todo en él es ilógico. Todo en él es paredad y absurdo. Y es que nuestro personaje de hoy, con el que volvemos a los grandes de las letras, aunque escribió también al terror y a las leyendas, gran parte de sus obras están destinadas al amor. Cuentan que conoció a la otra grande de su época, Rosalía de Castro. A veces me pregunto cuál sería el tema de conversación entre ellos.

Ambos impregnados de una melancolía que los acompañó durante toda su vida. Una enfermiza de nacimiento, el otro hipocondriago. ¿Hubo risas en ese primer encuentro? ¿O quizás fue un intercambio de desgracias? Ambos los catalogan como postrománticos y premodernistas. Y los dos fueron encumbrados, aunque tuvieron algunos reconocimientos en vida tras su muerte. Siendo algunas de sus obras publicadas postumamente. Todos estaremos más o menos de acuerdo en que la poesía sin sentimientos no es nada. Pero de él se decía que sus letras brotaban del alma y herían el sentimiento. Incluso en algunas se le consideraba el místico de las letras. Y ahora sí, comienza.

No digáis que ha agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira. Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía. Mientras las ondas de la luz al beso palpiten encendidas, mientras el sol las desgarradas nubes de fuego y oro vista, mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías, mientras haya en el mundo primavera, habrá poesía. Mientras la ciencia a descubrir no alcance las fuentes de la vida, y en el mar o en el cielo haya un abismo que al cálculo resista, mientras la humanidad siempre avanzando no sepa a do camina, mientras haya un misterio para el hombre, habrá poesía.

Mientras se sienta que se ríe el alma sin que los labios rían, mientras se llore sin que el llanto acuda a nublar la pupila, mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan, mientras haya esperanzas y recuerdos, habrá poesía. Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran, mientras responda el labio suspirando al labio que suspira, mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas, mientras exista una mujer hermosa, habrá poesía. Gustavo Adolfo Béquer, pero antes de comenzar con la vida y la obra del poeta sevillano, vamos a saludar a nuestro compañero, que también se quiere sumar a este día del poeta del romanticismo, aunque Béquer también tiene leyenda y también tiene misterio.

Víctor Haas, buenas noches.

Muy buenas, Juan, un placer estar con vosotros contigo.

Y que más que para hablar de uno, puedo decirme de mis poetas favoritos.

¿Por qué? Béquer, ¿no? Tiene de todo, Víctor.

Sí, sí. Primero de todo es que inclusive si le trajeramos a Entre Dimensiones encajaría perfectamente.

Béquer, esto lo voy a decir, es un poco modo común por el programa, Béquer siempre se dirijo, vamos, los más íntimos a él aseguraban pues que él muchas veces era incluso, decía que podía sentir, ver cosas, creía mucho en la vida después de la vida, más allá, los fantasmas, que también estamos en una época, finales del siglo XIX, con el romanticismo, todos sabemos lo que lleva el romanticismo, esa cultura de a la muerte, a los fantasmas, a lo siniestro, aparte del amor, evidentemente, digamos lo que fue un poquito, una época de la literatura, entre comillas, oscura, en la que todo esto, pues que a día de hoy a la gente, entre comillas, de amistades normales, le produce terror increíble.

Para él la muerte era romántica, todo lo que tuviera que ver con el más allá era precioso.

Es algo que, como digo, perfectamente, igual que otros muchos autores como Poi, etc., encajaría perfectamente también.