GLITTER, PELUCAS Y TRANSFORMACIÓN: El universo de JOSÉ SEDANO | Pelocas 1x04 ay1c

Hoy en Pelocas tenemos a José Sedano, caracterizador, efectista y posticero, ganador de un premio al Teatro Musical. Hacemos un recorrido por su increíble vida.

¡Qué ganas tenía de hablar contigo, José! Totalmente, Marta, un placer estar aquí.

¿Qué tal estás? Pues muy bien, muy bien. Cuando me llamaste dije de cabeza que voy.

Sí.

Y vamos a pasar a lo pipa, hombre.

Hombre, es que no solo te iro, que me encanta todo lo que haces. Bueno, y me encantas tú como persona y digo, no me puede faltar este Locas.

Muchas gracias, hombre.

Así que me he puesto hasta el bigote por ti.

Muy bien, así me gusta yo. Es que llegaba tarde y no me daba tiempo a ponerme tanto.

Pero bueno, si no, la próxima. Si hay una próxima, me pongo, vamos.

Totalmente.

Todo.

Genial. ¿De dónde y cuándo surgió tu interés por el maquillaje? Pues mira, surge, básicamente, estaba en el colegio todavía, o sea, a finales de la ESO, en educación plástica, mi profesora de dibujo, pues me pidió colorectuales pintándome toda la mano y me dijo, por Dios, no te dediques a los tatuajes.

Porque, a ver, era un colegio un poco de monjas, ¿sabes? Muy conservador.

Y le dije, no, no, no tengo que llevar nada de mis ideas a ser tatuador.

Y me dijo, dice, al rato, ¿y no has pensado en el mundo del maquillaje? No sé gracias a cuántos.

Y yo no sabía que se podía dedicar uno a eso, obviamente.

Y es verdad que yo desde pequeño siempre me ha fascinado los making of, las películas de fantasía, los directos, todo, y yo siempre me lo miraba.

Y, pues, con esa chispita que mi profesora me dio, más todo, pues empecé a investigar y dije, ¡este mundo me está llamando! Y, pues, solo acababa yo reír y me puse a buscar, a buscar, hasta que encontré el módulo de caracterización y dije, esto es lo mío. Y me fui de cabeza.

Sí.

Me fui de cabeza, sí, sí, sí.

¿Te gustó estudiar? O sea, cuando cambiaste y decidiste que querías ser maquillador, ¿cómo fue tu experiencia estudiando? Pues la verdad es que para mí no era estudiar, o sea, porque era ir a disfrutar de una clase, era ir a disfrutar de lo que los profesores me estaban diciendo, porque era algo que yo quería aprender, me enamoraba de ese mundo, entonces no me costaban esfuerzos.

A lo que me costaba era madrugar, obviamente, pero como a todos.

Pero sí que es verdad que a mí estar a las ocho de la mañana en una clase, que me estuvieran dando el tostón histórico del maquillaje o de las pelucas o de lo que fuera, a mí me fascinaba.

Entonces era como de, me da igual venir, yo quiero estar aquí, quiero aprender, quiero empaparme de todo esto y saber por qué se hacían esas cosas.

O sea, es que era un lujo poder estudiar eso, de estar como frustrado, decir, ay, quiero irme ya de aquí porque quiero dedicarme a lo que yo quiero hacer, pues claro, fue un salto de una calidad impresionante.

¿Mientras estudiabas, practicabas cosas en casa o...? Sí, sí, sí, sí. Yo era un polvorillo, a mí me encantaba.

Yo me bajaba el chino de confianza, como digo yo.

¿Sí? Te compraba las cuatro mierdas que te vendían, y claro, como yo todavía no tenía ni idea, pues yo me compraba acuarelas, me compraba acrílico que era para pintar un lienzo y yo eso me lo ponía en la cara tan feliz de la vida.

Yo me maquillaba, me hacía mis movidas, luego no podía mover la cara, claro, pero yo practicaba hasta que ya entré y ya pues dije, ah, no, que hay maquillaje para la cara real, venga, vamos a comprar esto.

Pero sí, sí, no, yo soy muy polvorilla, a mí me encanta experimentar, cojo cualquier cosa y digo, a ver esto, pum, va la cara.

Es que te he visualizado en frente del espejo craquelando así.

De estar un ahora con la cara así, visualizado, es decir, a ver, ahora empieza, craca y todo, claro, es que claro.

Me encanta esa imagen.

Sí, así era yo con 15 añitos.

Hombre, genial que has experimentado porque es que...

Hay que empezar por algo, siempre se empieza por algo, pues mira, pues yo empecé con los acrílicos.

¿El curso que hiciste ofrecía prácticas o te las buscaste tú? No, sí que ofrecían prácticas, sí, sí, o sea, de hecho más durante toda la formación en el mismo centro que era el CES había prácticas con el resto, porque como englobaba todo, en plan iluminación, hacían fotos, también hacíamos como teatros o hacían cosas así, entonces maquillábamos, nosotros hacíamos como concursos de maquillaje también y luego sí te decían, si tú has encontrado algo fuera o conoces a fulanito y quieres hacer las prácticas con ellos, perfecto, pero ellos también te buscaban prácticas.

A mí, por ejemplo, tuve la gran suerte, o sea, nos hacían como una encuesta de qué es lo que más nos gustaba y lo primero que puse fue teatro.

¿Lo tenías claro? Lo tenía clarísimo, es que yo desde pequeño estaba viendo musicales, teatro y de hecho una de mis profesoras me dijo, vete a hacer teatro, porque yo creo que tú ahí te va a enamorar el mundo y te va a encantar y es que te va a fascinar más, sé que era una familia, y yo puse teatro y tuve la gran suerte de caer en el teatro.

Qué bien, eso es como un milagro tener...

Sí, pero vamos, de cabeza.

¿Dónde crees que has aprendido más? ¿En las prácticas? ¿Trabajando? ¿En el curso? ¿Hoy en día, en el día a día? Donde más he aprendido ha sido en el...

O sea, en las prácticas obviamente hay que aprovecharlas.