Gisbert y Baños, el Dúo Imparable 1rd36

Queridos amigos, bienvenidos a este vuestro canal, el canal del Coronel. Hoy tenemos un programa que es muy especial para mí y espero que para vosotros también. ¿Sabéis qué es el programa? Aparte que vamos a hablar de muchísimos temas, nacionales e internacionales, por supuesto, es el que yo he llamado el programa de la reconciliación, entre dos amigos que nunca debieron dejar en suspenso su amistad, que no es que la rompieramos ni mucho menos, lo habíamos dejado en suspenso, por supuesto. Mirad, ¿sabéis qué? Creo que me vais conociendo, los que seguís el canal desde hace un año que está abierto, este canal del Coronel, o los que me seguís desde hace mucho tiempo. Aquí siempre intentamos contaros, y es mi vocación, contaros la verdad, lo que entendemos que es la verdad.

Hay veces que no podemos contar toda la verdad, muchas veces por discreción, por temas legales, o porque todavía en mi caso particular, porque estoy en la reserva, hay cosas todavía de las que no puedo hablar, o no puedo hablar con la libertad que me gustaría, pero lo que sí intentamos siempre, tanto en mi caso modestamente, como por supuesto todos los invitados que traemos, es intentar contaros lo que pensamos que es la verdad. Es decir, en definitiva, contar si no toda la verdad, intentar siempre contar la verdad. Eso es lo que voy a hacer ahora mismo en este breve mensaje, antes de dar paso a Rubén Gisbert, este mensaje que os voy a comentar, o que os voy a lanzar. No vamos a entrar más en los detalles de lo que sucedió hace casi dos meses, o más de dos meses, en Valencia, porque creo que es de todos conocidos. Solamente deciros que en tono de mi culpa, no reaccioné como debería haber reaccionado. Además, lo digo lo mismo, lo digo con toda sinceridad, contándoos la verdad.

Lo podía haber hecho muchísimo mejor, y entre otras cosas, en ese momento tuve unas llamadas de teléfono, que realmente, pues ácidas, a Rubén Gisbert, que no debería probablemente haberlas hecho. Entre otras cosas, porque estaba muy indignado, pero os voy a contar por qué, y esto sabéis que lo he comentado ya en algún programa, y por eso, Dios mío, no quiero insistir demasiado en el tema, porque me dolía mucho lo que había sucedido. No por lo que había sucedido, sino por cómo se había trasladado lo que aparentemente había sucedido, porque sabía que eso le iba a perseguir a Rubén Gisbert el resto de sus días. Y lo estamos viendo, lamentablemente, como hemos anunciado en las redes sociales, sobre todo en Twitter, que ya sabéis que es un pozo de odio, por los comentarios de muchas personas.

Sabía que esto le iba a perseguir, que luego ya las aclaraciones que nos había dado, que yo me creo ahora a pies juntillas, a pies juntillas, por supuesto, de poco iban a servir, porque sabéis que hay mucha maledicencia, hay mucha maldad, muchas personas que no quieren que se reforme el sistema político actual en España, como pretende Rubén Gisbert, porque viven muy bien con este sistema absolutamente, como veis, podrido, corrompido hasta la médula, y iban a aprovechar cualquier circunstancia para machacarle en ese momento y en el futuro. Sabéis que cuantas veces, incluso aquí en el programa, aparte de manera particular, evidentemente no tenéis por qué conocerlo, le había dicho a Rubén Gisbert, ten cuidado, porque hoy tienes que ser exquisito en tu comportamiento hasta cuando te estés duchando, porque siempre hay alguien que te está viendo, que te puede grabar, que te puede escuchar, y ya sabéis que, como suelen decir, puedes hacerlo bien mil veces y solamente con que te equivoques una vez, ya nadie se acuerda de las mil veces que lo hiciste bien, solamente de las mil veces que lo hiciste bien.