Ginés Ruiz: 'El colchón más cómodo es una conciencia tranquila' 6e6o3e

Metropolitán Radio presenta...

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Comienza Con Altura.

Un programa inteligente para mentes inquietas.

Con Lola Gracia.

Muy buenas, bienvenidos un día más a Con Altura, aquí desde Metropolitán Radio.

Hoy tenemos un invitado que es Con Altura literal, pero también Con Altura moral, Con Altura ética, todas las personas a las que le he preguntado por ir, pues todo el mundo me habla, fenomenal, de Ginés Ruiz Maciá.

Muy buenas tardes, Ginés.

Que desde ahí arriba, donde tú vives, se ve el mundo de otra manera, digo yo.

Te da mucha más perspectiva para ver las cosas.

Bueno, otra perspectiva, sí, se te ve mucho también.

Tiene cosas buenas, tiene cosas malas.

Lo de se te ve mucho es verdad, eso es así, eso es inevitable, porque España es un país un poco de bajitos, me da la sensación.

Bueno, cada vez menos, pero es verdad que yo para ir de incógnito lo tengo complicado, lo tengo complicado.

Pero es verdad que en la foto se te nota, se te nota más para lo bueno, para lo malo, para lo regular, para todo.

Exacto.

Bueno, Ginés nació el 8 de septiembre, es el séptimo de ocho hermanos.

Así es.

De pequeño era muy preguntón.

Totalmente.

Con un poco de manía tus hermanos estaban.

Porque lo pregunta todo desde Azabal.

Está documentado, lo veo.

¿Y por qué eras tan preguntón? ¿Sigues siéndolo? Porque yo creo que eso no se pasa con los años.

Si uno tiene inquietud, permanecen, duran.

Tengo mucha curiosidad, siempre.

Y si tengo la oportunidad de preguntar, para saciar esa curiosidad, no me quedo con las ganas.

Prefiero que me digan eso, ¿no te interesa quedarme yo con las dudas? Y me lo habían contestado desde pequeño.

Muchos nos preguntamos, ante ciertas cosas que pasan en la sociedad, ¿y esto por qué? ¿Esto por qué tiene que ser así? Sí, y luego yo creo que hay que perder el miedo también.

Mucha gente nos pregunta porque parece que no voy a saber.

Pues claro que no sabes, si hay 20.000 temas de los que no sabemos.

Yo no soy de los de, uy, no quiero parecer que no sé de lo que estoy hablando, así que me voy a callar y voy a poner cara de, prefiero preguntar, oye, ¿esto cómo es? Me parece fenomenal.

Es que además creo que en España tenemos mucho sentido del ridículo en general.

Y esto es lo que nos hace seguir la corriente, aunque estén hablando de un tema que no tengamos ni idea.

Sí, además para muchos temas.

El tema de hablar idiomas, por ejemplo, que me da vergüenza por si pronuncio mal, pues, chico, peor se te entiende estando callado, ¿no?, que intentándolo por lo menos.

Hay que intentarlo por lo menos.

Eso de intentarlo por lo menos me parece fantástico.

Bueno, muchas veces hablas de tu madre, como, bueno, que la llevas tatuada en la espalda, la madre, que es la palmera, ¿no?, con los ocho brazos, que era muy gallinica.

Totalmente.

Pero quiero que me hables de tu padre, que también tiene una historia muy bonita.

Sí, bueno, mi padre...

Sí, mi padre, el mayor de tres hermanos en Algezares, y él, pues, bueno, su destino, digamos, era ser agricultor, como bracero, era mi abuelo, maestro de mazara, lo que salía, ¿no?, en aquella época, imagínate.

Y mi padre, pues, tenía el mismo camino por delante.

Lo que pasa es que, bueno, pues, el día de su primera comunión, jugando en el monte con su hermano, con mi tío Juan y amigos de la infancia y tal, pues, ahí en el monte, en el valle, en la zona donde están las trincheras, todavía, le explotó una mina en la mano, una mina abandonada de la guerra.

Era el 31, con ocho años, el 39, recién terminada la guerra.

Y, bueno, pues, le voló un brazo, le voló un ojo.

Imagínate, ¿no?, un chaval de ocho años, una bomba en la mano.

Pues, eso ya le dejó, él lo decía, le dejó inservible para ese trabajo, y, pues, bueno, tiró por otro camino.

Siguió estudiando, siguió tal, y, bueno, pues, eso le hizo ser abogado, ser funcionario.

Y él contaba con mucho orgullo, tanto el que podía haber sido su destino, mis tíos siguieron en eso y tal, como el que luego fue, por esas circunstancias, fue el suyo, ¿no? Imagínate, hablamos de las minas antipersonas que están en muchos países de África, pero las hemos tenido aquí hace nada, no hace tantos años.

Bueno, ya te digo, mi padre, no te hablo de mi bisabuelo, mi padre.

Y te digo una cosa que me encanta, me dice, tienes que ser, si quieres ser abogado, tienes que ser el mejor, pero nunca mejor abogado que persona, ¿no? Eso nada más se lo dijo mi abuelo Ginés, que yo me llamo así por él, que ya te digo que él no tenía ninguna relación ni con la universidad, ni con el derecho, ni con nada, y cuando mi padre terminó la carrera y se fue a colegiar y tal, papá, ¿algún consejo? Le dijo, pues mira hijo, tienes que ser muy buen abogado, pero nunca mejor abogado que persona.

Y con eso se manejó siempre.