Eureka 20-02-2025 24418

Eureka, tu programa de divulgación científica. Destapamos los interrogantes que más te interesan.

Eureka, los jueves a las 10 de la noche y en reposición los sábados a las 8 de la tarde y los lunes a las 10 de la mañana. La mayor granja de insectos del mundo en Salamanca.

En Salamanca se ha iniciado la construcción de la mayor granja de insectos del mundo, de la empresa Tebrio. El objetivo es llegar a producir 100.000 toneladas al año. ¿Qué tipo de insectos se criarán? ¿Cuál será su uso? ¿Cuál es la historia de este sorprendente proyecto y por qué se elige Salamanca? Para responder a estas preguntas y otras, en este programa contamos con José Ángel Sanz, director de comunicación de Tebrio. Buenas noches o buenas tardes o buenos días, según nos escuche los oyentes, porque aparte de emitirlo en FM, pues quedan los podcasts, que es uno de los recursos más útiles para escuchar radio.

Hoy en Eureka tratamos de un tema muy curioso y para ello vamos a contar con José Ángel Sanz, director de comunicación de la empresa Tebrio. Lo que vamos a hablar no es ni más ni menos que de la mayor granja de insectos de Europa, pero cuando decimos mayor granja estamos hablando de muchas toneladas de insectos. ¿Cómo y cuándo surge la idea de hacer una granja de insectos y para qué? Hola Guillermo, ¿qué tal? Bueno, en primer lugar encantado de estar aquí contigo en este espacio de divulgación y por ir directos a la respuesta a tu pregunta. La idea surge como una evolución de otra idea, que es la de introducir los insectos en la cadena alimentaria.

Entonces, después de diez años de vida de la empresa, de Tebrio, una empresa que está ubicada aquí en Salamanca, pues nace esa necesidad de, bueno, después de un recorrido en el que ha sido muy importante el desarrollo científico, la validación, el I más D, el avanzar en materia regulatoria, pues llega un momento en el que ya todo eso está atestado, todo ese camino está recorrido y llega el momento en el que hay que escalar la producción a grandes volúmenes y de ahí viene la idea y la realidad que es hoy, que es la construcción de esa mega factoría de 90.000 metros cuadrados que va a ser la más grande que existe dedicada a este insecto. ¿Hay experiencias de este tipo de fábricas? Porque por lo que he ido por aquí hay pocas experiencias de fábricas tan grandes.

Sí, bueno, en Francia hay una empresa que se llama Insect, también se dedica al Tenebio Molitor y en otros lugares del mundo hay experiencia. Lo que ocurre es que se trata de un sector que cuando hablamos de él, de esta industria, es algo absolutamente nuevo. Estamos hablando de que hasta 2015 no estaba ni siquiera autorizado la introducción de los insectos en la cadena alimentaria y es en 2015 cuando se aprueba por primera vez. Es decir, nosotros comenzamos a operar en 2012, nació la empresa pero está constituida como tal en 2014 y comienza a desarrollarse como tal sin que esté aprobada su actividad. Y me explico, en materia alimentaria todo lo que no es legal es ilegal.

Entonces digamos que se avanzó primero la idea antes de que fuera posible desde un punto de vista regulatorio. Claro, eso es un riesgo porque te puedes encontrar que después aparecen problemas que no contabas con ellos, sobre todo burocráticos o de otro tipo. Sí, es un tema difícil. ¿Por qué viene a Salamanca y quiénes son los fundadores? Bueno, los fundadores son Adriana Casillas y Sábaz de Diego, los dos son de Salamanca. Eso explica en gran parte. Y bueno, la apuesta por Salamanca es porque es una convicción personal, diría yo incluso, porque Salamanca puede presentar una buena propuesta de por qué no el desarrollo de una industria de este tipo.

Estamos sin querer pensando a veces que Salamanca se tiene que ver a bocadas en una ciudad o una provincia de servicios prácticamente, cuando bueno, Salamanca tiene una serie de características por su situación estratégica, por su talento que exportamos de las dos universidades, etcétera, que la convierten en muy propicia para proyectos como este, de esta envergadura. ¿Cómo conseguís la financiación? Porque meterse en un campo nuevo no deja de ser un riesgo económico, me refiero. Y me imagino que esto ha resultado en un riesgo económico, ¿no?