Episodio 4. El momento en que te quedas (Parte 3): volver a ti sin huir 214l4o

Y hay un diván.

Te tumbas y te estiras.

Cierras los ojos.

Y miras fijamente hacia arriba.

Hacia un techo blanco.

Detrás de ti, pero fuera de tu campo visual, un solemne caballero con un marcado acente europeo te pregunta acerca de tu vida.

Y hay un diván.

Episodio número cuatro.

Lo hemos titulado El momento en que te quedas.

Bienvenidos, bienvenidas, almas exquisitas, a este nuevo episodio de la serie de Alquimía del alma.

Te voy a preguntar ¿y si el verdadero milagro no fuera sanar, sino quedarte contigo cuando no sabes ni cómo hacerlo? Hoy no vamos a correr como hicimos en el primer episodio donde conocimos a nuestra ardilla.

Hoy no vamos a gritar como en el anterior episodio número tres donde el alma gritaba.

Hoy lo que vamos a hacer es simplemente quedarnos.

Este episodio no es para avanzar.

Es un episodio importante porque es en el que vamos a sostener.

Vamos a honrar, agradecer el punto exacto en el que estás.

Ese lugar donde ya vistes de lo que estás huyendo o ya escuchaste si has podido, si has podido escucharte, si has tenido ese momento para estar solo, sola, pasear y escuchar lo que realmente te duele.

Si te has mirado hacia adentro y lo has reconocido y por primera vez no te mueves.

Esta es la última parte de esa serie importante, inicial, iniciática de lo que estoy escribiendo para Alquimia del Alma que vas a encontrar en una newsletter que te tienes que suscribir si o si.

Hoy nos vamos a quedar.

En el episodio anterior hablamos del grito invisible pero ¿recuerdas cuando conocimos a nuestra ardilla interior? Esa parte de ti que hace que no para, que corre de rama en rama, de piedra en piedra no porque seas fuerte ni porque te pongas máscaras ni disfraces de superhéroe sino porque la vistes, porque aprendiste que querías reconocerla.

Aprendiste que parar duele.

Cuando paras y escuchas duele mucho, duele mucho.

Así que puedes llorar.

Disfrútalo.

Porque después llegó ese grito invisible que hace el alma ese momento en el que el cuerpo ya dice basta ya.

Le llamamos ansiedad pero en realidad era un mensaje.

No es un trastorno.

El alma ya no cabe en la forma de vida en la que estás teniendo y tu alma se abre a gritos por tu torso.

Lo abre y dice quiero mi espacio.

Y ahora llegas aquí a este episodio es el momento en el que has elegido no salir corriendo.

Probablemente hayas elegido y te invito a escucharlos a decir me quedo.

Es un punto sagrado donde no decides quedarte en este podcast ni en esa newsletter que te aseguro que tienes que escucharla, tienes que leerla.

Decides quedarte contigo y decides quedarte contigo aunque te duela, aunque te joda.

Dices voy a hacer algo me quedo conmigo.

Aunque no sepas qué hacer.

Tengo que hacer algo pero no sé el qué, no sé cómo hacerlo.

No te preocupes.

Para eso estamos los terapeutas.

Gracias.