Episodio 11 - La genealogía de Jesucristo, el Santo Grial y el reino de Jerusalén 2t6n15

Historia y genealogía. Un podcast de Enrique Soria y Gonzalo Herreros.
La primera palabra del Nuevo Testamento es genealogía.
Dividimos los países entre regímenes republicanos o monárquicos.
Todas las culturas imponen a sus individuos un nombre personal y uno o varios apellidos heredados.
Seamos conscientes o no, la genealogía, los vínculos y la procedencia familiar
son un componente universal y continuo que determina las sociedades humanas,
que nos rodea y nos condiciona.
Saludos a todos nuestros oyentes en este undécimo episodio de Historia y Genealogía,
donde queremos hacerles llegar de forma rigurosa y amena una vez más
cuánto han influido las relaciones de sangre en nuestro pasado y también en nuestro presente
a través de grandes historias, anécdotas curiosas, guerras, matrimonios, grandes personajes
o noticias de actualidad o como hoy, con mucha leyenda.
En este programa vamos a hablar de los antepasados de Jesucristo,
de qué fue el Santo Grial y de los reyes de Jerusalén,
poniendo claro sobre oscuro qué hay de leyenda y qué de historia
en alguno de los mitos más famosos de la cultura occidental.
Si usted, oyente, ha escuchado diferentes episodios de nuestro podcast,
se habrá percatado que en la introducción usamos la referencia a la primera palabra del Nuevo Testamento,
genealogía, como acaba de escuchar,
para poner en valor el enorme peso de este concepto en nuestra historia y en nuestra sociedad.
Pues bien, hoy vamos a detenernos y a explicar con algo más de profundidad.
Aprovechando lo reciente de las fechas navideñas, queremos hablar hoy de la genealogía de Jesucristo,
nada menos, ya que, no en vano, los primeros renglones del primer Evangelio,
el de Mateo, comienza así.
Genealogía del Mesías, relatando la sucesión, como de un mismo lenguaje se tratará,
desde Abraham, pasando por diferentes generaciones, incluidos los reyes David y Salomón,
hasta acabar en Jacob, su hijo José, el carpintero, y el hijo de éste, Jesús de Nazaret.
Se trata de un pasaje que en la liturgia católica está bastante desapercibido,
que apenas se usa, pero que es bastante elocuente que la carta de presentación
de la vida y obra de Jesús la quiera comenzar Mateo, el único de los cuatro evangelistas que lo hace,
con una narración genealógica de varón a varón, desde el gran patriarca de Ur hasta la Galilea,
gobernada por los romanos.
Más allá de esta cuestión, lo cierto es que este texto bíblico tiene cierta complicación,
porque José, como luego se sostiene durante el Evangelio,
no intervino en la concepción biológica de Jesús, ya que nació de María Virgen.
Pero lo que está claro, Enrique, es que en esta exposición,
más allá de una veracidad histórica, ni siquiera genealógica, tiene toda una intención.
Sí, claro. Se trata de dos cosas, ¿no?
La primera, cubrir una necesidad, es decir, enlazar con la casa de David.
¿Por qué? Porque hay muchísimas referencias bíblicas, profecías bíblicas,
que hablan de que el Mesías, que el rey de Jerusalén, pues era un descendiente de la casa de David.
Por tanto, no se puede pretender, por parte de los discípulos,
y por supuesto, por quien escribiera los Evangelios, etc.,
que fuese ese rey esperado, si no viene de la casa de David.
Claro, el problema viene cuando la línea masculina del padre se trunca
por la esencia de que no es su padre, como tú dices,
es uno de los dos más básicos del cristianismo.
Entonces, el cristianismo, posteriormente, cuando elabora todo esto,
toda esta elaboración no tiene nada que ver con el momento inicial de Jesús,
fuera lo que fuese, sino que es una adaptación posterior,
pues se trata de crear una imagen de un linaje adoptivo,
el de su padre putativo, el de San José,
y un linaje genético-físico que sería el de su madre,
haciendo también a María descendiente de la casa de David.
Y eso es lo que irá con el tiempo convirtiéndose en esa legitimidad sanguínea,
vamos a decirlo así, y hoy vamos a usar mucho este programa,
el tema de sangre, en el sentido más amplio y a veces más estricto del término,
para justificar, como digo, efectivamente esa conexión con esas profecías bíblicas.
Porque más allá de esta herramienta como legitimación,
como acaba de decir, incluso podríamos decir, no sé si se me permite,
casi de propaganda, ¿no?
¿Qué puede haber de cierto en esa narración genealógica?
Básicamente, Enrique, y sé que esto es muy complicado retrotraernos
a tantos siglos atrás, David y Salomón existieron,
existió una familia de los reyes de Israel, tal y como lo entendemos.
Bueno, esto es bastante problemático y bastante controvertido.