Entrelíneas con José De Segovia: Ida, una historia de fe e identidad. 4u1e2g

Entre líneas notas sobre arte dice sí para entender a alguien hay que ponerse en su lugar la afición intenta lo que no podemos hacer en realidad experimentar la vida de otras personas vivimos en la hipótesis de un narcisismo que se ha convertido en ideología dice el director de cine pavel pawlikowski que es polaco como su apellido delata lo más importante dice somos nosotr dos el personaje de su película aida ida no siente que ella misma sea el centro del universo su deslumbrante mirada te traslada al asombro de una vida comprimida en apenas medio año de una joven novicia en la polonia de los años sesenta ana sale unos días del convento en el que ha crecido para conocer a su tía banda su única familia antes de tomar los votos juntas emprenden un viaje en busca de sus orígenes que les enfrenta la culpa de un pasado olvidado el país estaba bajo el régimen comunista entonces mientras que anna es como si hubiera vivido en la edad media su tía acumula los errores de la historia del siglo veinte hasta el horror el holocausto las represión estalinista nada es aquí lo que parece ana en realidad se llama aída y es judía sus padres fueron residentes en este país claro donde había nacido pero fueron asesinados como tantos judíos durante la segunda guerra mundial en circunstancias no aclaradas cuando conocemos a su tía wanda vemos que sale de su dormitorio un hombre se está vistiendo y nos preguntamos qué tipo de mujeres si es una prostituta y descubrimos que a continuación lo que es es juez no tardamos en saber que juega un importante papel en el época de horror que llamamos del estalinismo le llamaban por eso wanda la roja cuando nació pawlikowski el año cincuenta y siete polonia tenía un sistema burocrático corrupto basado en una estructura de poder totalitaria sin ninguna ideología los años sesenta habían traído una cierta apertura pero a los catorce años el director se va a italia y alemania hasta establecerse finalmente en inglaterra donde empieza a hacer documentales en los años ochenta aida es su quinta película pero también el regreso al país de su infancia sin la música el color los movimientos de cámara que había caracterizado hasta ahora su cine poco de lo que uno ve en la pantalla hoy se queda en la retina algo después de desplegarse los créditos todo se desvanece pero esta conmovedora historia sin embargo rodada en impresionante blanco y negro tiene un efecto hipnótico te traslada a la época en que empecé a amar el cine si no supieras nada de esa película pensaría que está hecha en ese tiempo cuando se ambienta no es algo de ahora el formato es casi cuadrado como los televisores los años sesenta no tiene el movimiento nervioso de cámara en mano que muchos confunden hoy con la emoción ni nada no resulta tan falso o impostado como dice carlos boyero el crítico de cine del país es el cloud otro nevado de un convento la bruma acercándose á un bosque un tenue rayo de sol filtrándose en un cementerio que parece que han pertenecido a estos paisajes y no forman parte de la puesta en escena de una película la única música que se escucha es la que se pone en casa bach mozart los cánticos religiosos del convento o el grupo de jazz que interpreta en un hotel el naima de john coltrane en los ochenta minutos que dura el film no sobra ni falta nada aprovecha todo el espacio de una puesta en escena con una cámara fija donde los personajes solamente ocupa una parte de la pantalla y la sorprendente escena final observa puedes creer que podría recordar al tercer hombre pero es un plano tal solito que alguien que conoce tanto de cine como él dice que nunca se ha visto ninguna película no es extraño que por donde vaya la película consiga premios recibió el galardón de la crítica en toronto los mayores reconocimientos de su país en polonia claro gijón también le dio seis premios incluyendo el de mejor película mejor guión mejor actriz y se hizo el año pasado pero todavía se exhibe en los cines de todo el mundo es una película magnética aída ana sigue en ella la rutina diaria de devoción de servicio del convento mientras que wanda es una mujer traumatizada por el holocausto alcohólica promiscua la identidad de aida está definida por la fe y no es superficial dice pawlikowski el director explica que su fe cambia la película pero que nunca la pierde wanda es una mujer inteligente es realmente creían el marxismo se sentía más comunista que judía pero ha pasado del idealismo al desencanto y cuando wanda le cuenta a anna su origen judío lo hace como una especie de ajuste de cuentas la tía y la sobrina emprenden un viaje con diferentes motivaciones pero de auto descubrí miento