Enigmas de la Historia P10 El enigma Dyatlov, Amelia Dyer, la Vampiresa del Raval,entrevista Jess Penas autora de Odalis 1i4i2g

Bienvenidos una semana más a nuestra cita con los enigmas de la historia.

Hoy ¿para qué nos vamos a engañar? Es posible que pasemos un poco de miedo.

Eso sí, estoy seguro de que será de ese miedo que te engancha la silla, de ese miedo que nos hace sentir más vivos.

Pero no se preocupen, cuando terminemos ese miedo se marchará.

Los humanos, por suerte, estamos diseñados para ello.

Hoy quiero hablarles de un enigma de más de 6 décadas de antigüedad.

Un enigma que ha motivado varias teorías conspirativas en torno a él.

Se ha hablado desde experimentos militares secretos, yetis e incluso os con naves extraterrestres.

La cuestión es que, hechos fantásticos aparte, este enigma lo que nos trae seguro es el miedo y la desesperación que debieron sufrir las víctimas de este extraño suceso, aún sin resolver.

En lo que se conoce como el incidente del Paso de Adlob, 10 del Instituto Politécnico de los Urales de la antigua Unión Soviética, 9 estudiantes y un instructor deportivo que luchó la Segunda Guerra Mundial, se adentraron en la agilidad naturaleza en una expedición de esquí y montañismo el 23 de enero de 1959.

Un estudiante con dolores articulares decidió dar marcha atrás en una decisión que le salvaría la vida, pero el resto continuó.

Según las filmaciones de las cámaras y los diarios personales encontrados posteriormente en el lugar de los hechos por los investigadores, el resto del equipo acampó, al parecer desorientados debido al mal tiempo, en una zona conocida como Montaña de la Muerte.

Ahí, en una de sus laderas, es posible que se hayan dado cuenta de su error y decidieran establecer un campamento para resguardarse de las bajas temperaturas.

Lo que les pasó a partir de ese momento pertenece al mundo más terrorífico de los misterios.

Solo podemos conjeturar y llevar nuestro instinto a aquella montaña de la muerte.

Cae la noche fría y blanca como una pálida hada de los sueños.

La luna segura y calmada refleja su luz en la nieve.

Se siente un faro sincero dentro de tanta oscuridad.

Las tiendas de campaña están preparadas para el descanso.

Las ráfagas de viento helado obligan al descanso, y un silencio que en un rato volverá a ser eterno.

Reina sin molestia alguna en el campamento.

La noche se agita con un trueno eléctrico y furioso, quebrando la calma con un sonido agudo que se clava en los tímpanos de los atemorizados acampados.

El cielo se ilumina con un destello cegador, seguido de un estruendo ensordecedor que hace que la tierra parezca estremecerse bajo sus pies.

Apenas tienen tiempo de reaccionar cuando el pitido metálico comienza a zumbar en sus oídos, volviéndose cada vez más intenso.

Entonces, unas luces parpadeantes y rojas emergen desde el suelo y el cielo, danzando de forma hipnótica y aterradora.

Una presión aplastante se cierne sobre ellos, como si una fuerza invisible los estuviera estrujando.

Sienten que sus pechos y cabezas van a explotar en cualquier momento, la adrenalina bombeando a toda velocidad mientras el miedo les nubla el juicio.

Todos se encierran aterrados.