
"Elric de Melniboné", homenaje a Michael Moorcock 2q1x5h
Descripción de "Elric de Melniboné", homenaje a Michael Moorcock f2y2n
Mas de diez mil años de gloria enterrados en ambición y decadencia... La historia de Melniboné, la isla de los sueños errantes, hogar de los reyes brujos y sus maldiciones, el reino de los príncipes dragón… Esta es la historia de Elric, el último de los señores de su estirpe… Contemple ahora desde las ruinas de mi trono de rubíes, soñando, imbuido por las dr0gas de la hechicería, yo os mostraré los presagios de la desolación. Este relato es un homenaje a la obra del autor londinense de saga de Elric de Melniboné... "Hoy sé que comprometerse con la tiranía siempre significa ser destruido por ella. La opción más sensata y lógica siempre ha sido la resistencia". Michael Moorcock Arte de portada de Piotr Jablonski ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/11421 6eqg
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Un trono de rubí para el rey pálido, un trono frío y resplandeciente, afilado como las torres de este reino que se elevan hacia el infinito.
Cuanto más altas y pesadas, más dura será la caída.
En una pipa de obsidiana se agolpan las hierbas que susurran los designios de los dioses del caos.
El humo es denso y cobrido, me llena el paladar de sabores arenosos.
Su aroma procede de algún lugar desconocido entre el sueño y la vigilia.
Allí se vislumbra la inmensa telaraña del tiempo, deshilachado y corrupto.
Veo sangre y traición, ¿qué será de Melniboné cuando los dioses del caos nos den la espalda? Busco respuestas en este oráculo, tantas veces certero, y los dioses de la muerte sólo responden con una canción agonizante.
Es la historia tantas veces repetida.
Unos la recuerdan para no caer de nuevo en sus errores, mientras otros sólo quieren olvidarla por vergüenza, o aún peor, la ocultan para aprovecharse de la ignorancia de sus semejantes.
Confieso que me deleitaba escuchando a los viejos cronistas hablar de las glorias de mi pueblo.
Esos relatos dulces y melancólicos, todas las canciones de los reyes marchitos, son al fin y al cabo una tragedia.
Más de diez mil años de gloria enterrados en ambición y decadencia, la historia de Melniboné, la isla de los sueños errantes, hogar de los reyes brujos y sus maldiciones, el reino de los príncipes dragón.
Esta es la historia de Elric de Melniboné, una epopeya para el último imperio que queda en pie sobre la tierra, el último de los reyes de su estirpe.
Contemple ahora desde las ruinas de mi trono de rubíes, soñando imbuido por las drogas de la hechicería.
Yo os mostraré los presagios de la desolación.
El imperio siempre ha sabido cuál era el orden natural de las cosas, los fuertes arriba, los débiles abajo.
Esta visión del cosmos ha regido de forma estricta y jerárquica el poder de Melniboné durante siglos.
Y como todos los imperios, incluso en sus días más oscuros se aferran a un pasado glorioso.
Pero hay leyendas que es mejor recordar como leyendas, los intentos de hacerlas realidad rara vez tienen éxito.
Las crónicas nos cuentan que mucho antes de la decadencia, Melniboné fue un imperio temido y respetado.
Nuestro dominio absoluto sobre el mundo conocido era incuestionable.
También los hay que quieren pensar que todavía lo es.
Pero si los reyes de antaño nos vieran ahora, se mofarían con saña de la ruinosa podredumbre de los nobles que hoy dicen representados.
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