¿El fin del 'wokismo'? Cómo enterrarlo sin caer en lo reaccionario 6u4q31

Bueno, vamos a dar comienzo a esto.

Espero tener la capacidad de chair para hablar bien al micrófono y no saltarme ninguna vocal.

Lo primero, muchísimas gracias por acudir a esto, teniendo en cuenta el día que llevamos, que más invita a componer esas canciones excrementales de indie pop sobre el desamor, como si Izzal hubiese pasado la resaca de metanfetamina.

O sea, parece un poco ese rollo.

Pero aquí estamos.

Y la verdad es que muy agradecido a todo el mundo, y a Guillermo, y a El Jacobín Izquierda Española, por invitarme a esto.

Lo primero que voy a contar, que me parece que va de ley, es cómo conocí a Guillermo, que tiene sus intrínculis, que básicamente yo le entrevisté por su libro.

Bueno, a ver, todo cosas legales, ¿no? Esto no va por hum, que yo sepa.

Entonces, básicamente yo le estaba entrevistando y de repente aparecía una pareja de personas como muy devotas hacia Guillermo.

Claro, o sea, como despistados.

De repente cogen y yo estoy entrevistándole.

Perdona, ¿es Guillermo El Valle? Y él, sí, sí.

Y alucinado.

Y de repente, oiga, debo decirle que es usted la esperanza política de este país.

Me quedo flipado.

Y de repente, Guillermo, por supuesto, encantador, se levanta, les agradece.

Y yo, mientras Guillermo se estaba levantando y agradeciéndole a la simpática pareja sus alabanzas, de repente digo, hostia, ¿cómo debo demolar para que este tío haya pagado a dos personas para que vengan a hacerle la cobertura y, rollo, mira qué guay soy que me vienen dos personas totalmente anónimos a decirme lo buen político que soy.

Digo, como molo, macho.

O sea, merezco que Guillermo pague esto.

Él me aseguró, por supuesto, después que no tenía nada que ver, que no había pagado nada.

Luego creo que vi a esa pareja en un rollo de microteatro, pero bueno, eso a lo mejor es simple coincidencia, así que no vamos a darle bola.

En cualquier caso, hombre, Guillermo, como usted es una persona, más allá de una interactualidad poco habitual en el panorama político, de una simpatía bestial y, además, aficionado al cantautoreo, que es una cosa para una persona de menos de 60 años, ya es raro, y a mí me percibe cierto grado de validez.

Luego, entrando ya un poco en lo que es la charla, lo hablamos antes, ¿qué es lo woke? Lo woke lo busco en la Wikipedia y, honestamente, lo definí bastante bien.

Habla mucho de la política identitaria, etc.

Pero a mí me gustaría definirlo, como soy escritor, tenemos la tendencia a definir las cosas con ejemplos, con circunstancias, con tres cosas, con tres experiencias.

Y seré breve.

Durante las marchas del Black Lives Matter en Estados Unidos hubo una escena que a mí me parece muy significativa de lo que es lo woke.

De repente vemos una fila de siete personas afroamericanas, de siete pedazos de Black Panther, de estos que tienen un Kalashnikov debajo de la chupa, recibiendo besos en sus botas de siete tipos blancos en mitad de la marcha.

Y eso me parece que define muy bien lo woke con una imagen, con esa especie como de necesidad vengativa, de decir, obviamente todos estamos en contra del racismo, obviamente todos queremos que haya una lucha por los derechos civiles y estamos a favor de que la agresividad y la violencia contra las minorías en Estados Unidos acabe.

Pero de ahí a pasar a que de repente haya siete personas blancas recibiendo besos en las botas a siete afroamericanos, que es una vuelta de tuerca de lo que antes había, pues hay un paso, es ese tránsito, que me parece que define muy bien lo que es lo woke, que es viciar algo legítimo, un reconocimiento, una búsqueda de derechos que cuando se vicia se pervierte.

Y eso, en parte, quizá sea uno de los aspectos de lo woke.

La otra es una entrevista que le hicieron hace poco, quizá hace mucho y yo la veo a destiempo, suele ocurrir, a Slavoj Zizek, al filósofo, en el que de repente le dan una serie de objetos y le dicen, Zizek, guapetón, ¿qué opinas tú de este objeto? Le dan un móvil y de repente le dan una tableta de chocolate.

La tableta de chocolate es una tableta de chocolate