"El fabricante de máscaras" by Enrique Jaramillo Levi 4v504n

Bienvenidos yo soy walter saravia y esto es narraciones tengo un burro bienvenidos sean todos amigos y amigas niños y niñas con un estado como pasaron win espero que estén todos por aquí reunidos como siempre listos para escuchar un cuento en este caso nos iremos hasta panamá y enrique jaramillo levy nos contará de su pluma el fabricante de máscaras que espero les guste vamos con la lectura el fabricante de máscaras por enrique jaramillo leve por supuesto que él no sabía que lo estaban vigilando nunca lo supo en realidad cada vez que el anciano y a la sombra alargando a su lado o ligeramente delante de él pensaba sentir una añorada sensación de tranquilidad como si el proyecto contra la pared o el piso se fuera encontrando más seguro más acompañado menos solo y fin distinto lo que sentía al ver su reflejo duplicando lo en el ponemos pijo porque cuando se veía mirándose quedaba neutral santo incapaz de moverse con libertad quieto en medio de la terrible ajuste de ser sin remedio una misma soledad inapelable y la misma sensación extraña miento ancestral experimentado va al tomar por un momento otra identidad cualquiera tras en el frente al espejo alguna de las innumerables máscaras que su capricho tenía confeccionando pacientemente en el viejo sótano en que se había instalado en cierta época ya lejana de su vida era como si la rutina de sustentar nueva facciones y todo un aire de otra edad predispuesta se le hubiera hecho carga insoportable con los años sin que el propio rostro o el de una persona cualquiera que se cruzará en su camino le ofrecieran más compañía no son portaba pues la particularidad de las facciones la fisionomía reconocibles cualquier indicio de identidad que en otros habría sido motivo de regocijo y puente tendido a la camaradería su propio rostro había llegado a ser una de tantas máscaras morir sada rechazadas con rigor primero y más adelante con la lenta sabiduría que da el reconocimiento de la propia soledad por eso salía a ciertas horas del día pues cuando la armonía inexplicable pero trata de su cuerpo poco asombra una sombra siempre más larga o más corta más corta o más delgada que él como si fuera pues otra persona que hacía el mismo breve recorrido acompañándolo escuchando lo y un buen día noto que a pesar de ser correcto el juego de luces y sombras que el sol y la hora permitía se habían quedado solo más solo que cuando reconoció la soledad en los ojos tristes que les devolvió la mirada en el espejo paso lo que cuando la noche trataba inútilmente de soñar y solo le venían ráfagas de basilio de un pasillo más tajante que que lo acompañaba todos los días oscuros o de lluvia cuando era imposible recrearse en la sombra y entonces petrificado con el miedo temblando como si la fiebre de una enfermedad remotamente oriental le clavar a los filósofos dientes se empezó blando sobre sí mismo echándose disminuyendo la dimensión vital de su ser hasta que desapareció por completo frente a las inmediatas narices de los dos hombres que le habían estado siguiendo o durante meses frente de la sorpresa de los agentes secretos tengo un país enemigo que estaban convencido de quiero oscuro fabricante de máscaras era dueño de una arma capaz de ser que cualquier mortal perder el juicio al ponerse a caminar lentamente y hablando solo por las más solitarias calles de la ciudad el fabricante de máscaras por enrique jaramillo leve enrique jaramillo levy nación colo panamá en la once de ir siempre de mil novecientos cuarenta