EH 01: Cult of the Lamb, Dredge, y la magia de Tomb Raider (2013) 492t2v

Bienvenidos a esta nueva aventura llamada Escuadrón Harkonnen. Ajustaos bien los cascos,
abrochaos el cinturón y disfrutad de este vuelo en solitario de este quien nos habla,
Edu Harkonnen, el 50% de Kanagawa Podcast. Bueno, madre mía, como bien sabéis este año
2025 ha empezado un poquito regulero, accidentado cuanto menos, pero regulero en todos los sentidos.
Por unos motivos o por otros no hemos podido dar continuidad al programa de la forma que se merece
y antes de hacer un contenido atropellado lo mejor es parar y volver con más fuerzas. También
este parón, por dios mi voz, veis es que al final esto es atropellado pero es en directo,
es sin guiones y es de la forma que tienen que surgir los proyectos del corazón. También este
parón ha sido un tiempo de reflexión, aunque no lo creáis ha pasado, ¿vale? En 2025 se cumplen 20
años clavados desde la primera vez que me puse delante de un micrófono. Recuerdo claramente
estar en el local de ensayo, yo todo un macarra o un jebichorro de 20 años, cuando un colega entró
y nos informó que la casa joven de la ciudad había abierto plazas para espacios en la radio
local. Locurón chicos, locurón. Recuerdo que yo miraba a mi colega en silencio, callado,
apurando el último cigarrillo y mira, ya no sé quién lo dijo, ya mi memoria suficiente que me
acuerdo de ciertas cosas, pero dijo la icónica frase. La frase que a lo mejor no está en el
número uno pero sí está en el top 3 de frases que mueven la historia. No podía ser otra frase que
la de no hay pelotas. Edu, no hay pelotas a hacerte un programa. Y yo dije, ¿cómo? ¿Cómo? ¿En serio me
lo estás diciendo a mí? Pues al final sí que hubo pelotas, sí que hubo arrojos, sí que hubo arrestos,
sí que hubo ese momento que dije yo que estoy haciendo con mi vida, pero, pero... Ahora que
estamos un poquito solos por aquí, porque es el primer episodio y muchos no os habéis enterado de
qué va la vaina, puedo itir que a veces no hay nadie al volante cuando hago las cosas. Bueno,
lo suplo bastante bien con mi cara de póker y una muy buena capacidad de reacción. Cuando llegamos
allí, cuando nos empezaron a decir qué queríamos hacer, yo me acuerdo que estaba una chica allí de
auntamiento y me dijo, a ver Edu, temática del programa. Y yo me puse muy serio y dije,
Roll y Metal, porque era de esos jevis trus, era de esos jevis de mirada ceñuda, era de esos jevis
que siempre estaban con mano guarda a los cascos. Y claro, así era yo. Ya viene el nombre del programa,
porque claro, tienes una temática que es Roll y Metal, ¿qué va a ser? Pues efectivamente,
cuando la chica me dijo cuál es el nombre del programa, dije Roll Metal. Había belleza en la
sencillez. ¿Para qué más? ¿Hablo de juegos de Roll? Hablo de Heavy Metal. ¿Para qué más? Roll
Metal, tu programa de Roll y videojuegos en la radio joven. Me explicaron una lista de normas,
tanto de convivencia como de uso, y bueno, en principio les hice caso. Eran normas bastante
sensatas. No acaparar la estancia de grabación, no beber, no fumar, mantener un lenguaje acorde
con el espíritu de la radio, que eso también habría que verlo. Y yo dije a todo que sí. Mira,
ya cuando empezaron a decir las horas que la gente quería, yo elegí la hora golfa. La hora
de viernes noche. Era una de las pocas que quedaban libres, pero la gente no veía su potencial lo
suficientemente pronto para irte de fiesta después, lo suficientemente tarde para empalmar
la fiesta con el programa. Yo una cosa que sí que tengo también muy clara en mi memoria, que ese
primer día que yo llegué allí, no estaba nada nervioso. Estaba sin más, en plan de bueno, pues
toca grabar, pues vamos a grabar. Vamos a ponernos aquí. Creo que el...