
Devocional de amigos con Diego Martín: No calles porque al mundo le gusta tu silencio. 43113m
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Vivimos en un mundo que a menudo celebra el ruido del pecado, pero intenta silenciar la voz de la verdad. En medio de una sociedad que promueve la indiferencia, la superficialidad y el relativismo, tu voz como hijo de Dios es más necesaria que nunca. Pero el enemigo lo sabe… y por eso quiere que calles. Quiere que calles cuando ves injusticia. Que calles cuando tu fe es burlada. Que calles cuando se deshonra a Dios. Que calles porque “no es el momento”, “no es el lugar”, o porque “no quieres incomodar”. Pero Jesús nos llama a ser la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5:13-14). Y la luz no se esconde. La sal no sirve si pierde su sabor. El Evangelio fue hecho para compartirse, no para callarse. Nuestra fe no es un secreto personal, es una verdad eterna que transforma vidas. Romanos 1:16 dice: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree..." No podemos permanecer en silencio cuando sabemos que solo Cristo tiene palabras de vida eterna. Sí, hablar puede costarte. Puede costarte burlas, rechazo, soledad… pero recuerda: Jesús también fue rechazado, pero nunca se calló. Y gracias a eso, hoy tú y yo conocemos la verdad. 2a548
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Muy buenos días, Padas de Amor, para cada hermano, cada amigo y oyente que se conecta con este espacio, un espacio que edifica. Mi nombre es Diego Martín y desde esta hermosa tierra como es Irlanda, como cada jueves, tengo el privilegio y la bendición de compartir contigo un mensaje que no busca agradar al oído, sino edificar el alma. En este espacio lo bueno sigue siendo bueno y lo malo no se disfraza de virtud. Este es un espacio de alerta, de reflexión, de despertar espiritual. Desde la talalla, como vocero de parte de Dios, traigo voz de advertencia, palabra de esperanza y llamado al discernimiento en tiempo, donde muchos ya llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo. Y esta semana quería continuar donde lo dejé la semana pasada porque me parece que es de vital importancia entender lo que Jesús está diciendo y cómo Jesús está esperando una respuesta de nuestras vidas.
Jesús les acababa de decir a los discípulos que para entrar por la puerta estrecha hay que esforzarse y si hay que esforzarse es que esto no es fácil y si hay que esforzarse es que no es ligero, ¿no? Y si hay que esforzarse es porque no va a ser siempre lo más natural para nosotros, ¿no crees? Y en este punto hay algo que me parece que la respuesta tiene que ser de una manera muy clara. De hecho, el mundo tiene que saber cuál es la respuesta que nosotros damos y luego pondré algunos ejemplos. Porque cuando Jesús habla de la puerta estrecha y luego habla de ese camino angosto, a mí me hace pensar en el camino angosto, me hace pensar en el sufrimiento. Y para eso, para completar, para dar luz al devocional de hoy, me gustaría ir a la segunda carta de Tiboteo, el capítulo 3, versículo 12, donde nos dice la palabra de Dios.
Y también todos los que quieren vivir peadosamente en Cristo, Jesús, padecerán persecución. Y la verdad que en este mundo, en este punto te hago una pregunta. ¿Hay sobre ti algún tipo de persecución? Pero persecución no pienses en que te van a quitar la vida, no pienses en que te metan en prisión, no. En todos los países no se vive la misma persecución, pero hay una verdad. Si no tienes ningún tipo de rechazo, si no tienes ningún tipo de mala cara o ningún tipo de mal comentario de la gente del mundo, posiblemente es porque no vives peadosamente. Posiblemente es que cuando ellos hacen el camino amplio, tú estás haciendo la vista gorda. ¿Cuántas veces ves a otras personas que caminan por el camino ancho, por ese camino cómodo, y tú miras así como, bueno, yo cada quien con lo suyo, que cada santo sujete su vela, ¿verdad? No le voy a decir nada.
Que está mal, lo sé, pero no le voy a decir nada. Aunque es pecado, no le voy a decir nada, porque claro, yo no quiero tensión, yo no quiero ningún conflicto. Y a ver, no es que vayamos buscando conflictos en todo momento, pleitos con la gente. Pero yo te digo una cosa, a veces es inevitable. Muchas veces la situación se presta a que haya ese conflicto. A veces hay que defender la verdad. A veces callar es negar a Cristo. Y hay muchas, muchas veces que compañeros de trabajo, incluso gente de la iglesia, incluso familia, hablan sobre esas políticas de feminismo, sobre otros temas como el aborto, o sobre cómo viven el matrimonio a su manera, o cómo viven hasta su cristianismo a su manera. Y nosotros para evitar conflicto callamos. Pero como bien dice el refrán, el que calla otorga. ¿Y eso es decir que tienen razón? Pero no, no, eso no es así, eso es mentira.
El matrimonio no es como ellos dicen. Y la mujer no es como la gente dice. Incluso el vivir entregando la vida a Cristo completamente, el negarse hasta lo último, eso que es vivir el cristianismo, y no lo que dice otra gente. Cuando uno ya decide dar un paso más, dar una milla más, ya la gente le critica, ya la gente habla, ya le dice este es un radical.
Muchos predican una cosa y luego hacen otra, hermanos. Y es ahí donde empiezan los sufrimientos. Los sufrimientos empiezan ahí, en medio de una sociedad, incluso a veces en medio de la iglesia, o de un ministerio, donde a lo bueno le llaman malo, a lo malo le llaman bueno, malo, o sea, perdón, a lo bueno le llaman malo, y a lo malo le llaman bueno.
El que quiera vivir piadosamente sufrirá. Sí, si eras el religioso, si eras el fanático, si eras alguien que le han lavado la cabeza, ahí empezará el rechazo, las miradas raras, las puñitas esas que te dicen que te crees mejor que los demás. ¿Cuántas? Alguna vez he oído que dicen, vas a heredar el ministerio, vas a heredar la iglesia, y empezarán a llamarte menos amigos, empezarán a invitarte a menos sitios, a menos reuniones, no contarán contigo. Hasta en el trabajo serás un bicho raro. Pero mira hermano, no todos iremos presos, no todos moriremos por la fe, todo lo que sea, todo lo que sea.
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