Cuando recibas tu SALARIO, HAZ ESTO y ENRÍQUECETE en 3 MESES - Robert Kiyosaki 2l1a6r

Déjame contarte algo que nadie te dirá en la escuela, la universidad o tu trabajo.

Tu salario no está hecho para hacerte rico, está hecho para mantenerte atrapado.

Sí, sé que suena duro, quizás injusto, pero es la verdad.

Cuando recibes tu sueldo, la mayoría de las veces ya estás pensando en cómo lo gastarás.

Renta, cuentas, tarjeta de crédito, pagos del celular nuevo.

Esa salida de fin de semana para relajarte después de tanto estrés.

¿Y sabes qué sobra al final? Nada.

O peor, te queda una deuda.

Y entonces, el ciclo comienza de nuevo el mes siguiente.

Crecí escuchando dos voces, la de mi padre pobre y la de mi padre rico.

Mi padre pobre decía, trabaja duro, consigue un buen trabajo y sé leal a tu jefe.

Mi padre rico decía, si no aprendes a hacer que el dinero trabaje para ti, trabajarás para el dinero hasta el fin de vida.

Deja que esto entre en tu cabeza ahora.

El salario es una trampa que parece una recompensa.

Te da esa falsa sensación de seguridad, pero en el fondo te está condicionando a intercambiar tu tiempo, que es finito, por dinero, que es infinito.

Y peor aún, un dinero que llega con fecha de caducidad, porque apenas cae en la cuenta, desaparece.

La mayoría de las personas vive de quincena en quincena, sin cuestionar este ciclo.

Y no te digo esto para desanimarte.

Te lo digo porque quiero que despiertes.

Quiero que mires tu salario y lo veas diferente a partir de hoy.

Deja de verlo como la meta y empieza a verlo como un punto de partida.

Tu salario es solo una herramienta.

Y como cualquier herramienta, puede construir o destruir.

Depende de cómo la uses.

Por eso, si has llegado hasta aquí, presta mucha atención.

Porque lo que te mostraré ahora son seis pasos claros y prácticos para que empieces, ya en tu próximo pago, a transformar ese salario en una palanca para la riqueza.

Y sí, si lo aplicas con seriedad, en tres meses tu mentalidad y los resultados en tu cuenta bancaria no serán los mismos.

Comencemos hablando de algo que parece simple, pero que la mayoría ignora toda la vida, pagarte a ti mismo primero.

Quizás ya has escuchado esta frase en algún lugar, pero ¿realmente comprendes el poder detrás de ella? Porque te digo, este simple cambio en la forma en que manejas tu dinero puede ser la diferencia entre seguir atrapado en el ciclo de la supervivencia o comenzar a construir, de hecho, tu libertad financiera.

Mira, cuando el salario cae en la cuenta, la primera reacción automática es correr a pagar las cuentas.

Renta, luz, agua, internet, tarjeta de crédito, el financiamiento del auto, ¿quién sabe hasta ese pago a plazos del último viaje? Y lo entiendo, porque yo mismo he vivido así.

Parece lógico, parece responsable, ¿no? Pero aquí está la trampa.

Cuando haces esto, estás trabajando para los demás antes de trabajar para ti mismo.

Estás asegurando las ganancias del banco, el cobro de las empresas, la tranquilidad de los acreedores.

Y al final del mes, ¿quién queda al final de la fila? Tú.

Ahora, déjame contarte cómo piensan los ricos.

Ellos hacen exactamente lo contrario.

Antes de pagar cualquier cosa, separan una parte de lo que ganan y lo destinan a lo que construye su futuro, inversiones, activos, educación financiera.

Se ponen a sí mismos en primer lugar, no por egoísmo, sino por sabiduría, porque entienden que si no lo hacen ellos, nadie lo hará por ellos.

Y quiero que entiendas esto profundamente.

Si no te pagas primero, estás eligiendo todos los meses quedar último en la carrera de la vida financiera.

Quizás estés pensando, pero Robert, mis cuentas no esperan.

Si separo dinero para mí primero, voy a quedar debiendo.

Sé que ese pensamiento llega rápido, porque nos han entrenado para pensar así.

Pero aquí está el punto.

Cuando te pagas primero, aunque sea una cantidad pequeña al principio, algo poderoso sucede.

Empiezas a crear una urgencia positiva para encontrar soluciones creativas y disciplinadas para el resto de tus gastos.

Aprendes a vivir con un presupuesto más ajustado.

Evitas gastos innecesarios.

Y, lo mejor, comienzas a verte como una prioridad.

Cuando comencé a aplicar esto en mi propia vida, aún no lo sabía.