
Corea del Norte: Un Viaje por su Historia y Propaganda 1y3s1
Descripción de Corea del Norte: Un Viaje por su Historia y Propaganda 6u2i61
Recorrido exhaustivo por la historia de Corea del Norte, desde su fundación en 1948 hasta la actualidad. Analiza el surgimiento y consolidación de la dinastía Kim, comenzando con Kim Il Sung, pasando por Kim Jong Il y llegando a Kim Jong Un. Explora los orígenes del régimen, la influencia de la ocupación japonesa, la guerra de Corea, la instauración del sistema totalitario, la economía planificada, la política de autarquía (Juche), el culto a la personalidad y los desafíos contemporáneos del país. 4w5j5o
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Los norcoreanos lloran y se lamentan, algunos incluso colapsan, al enterarse de la muerte de Kim Jong-il.
Esta reacción puede parecer extrema, pero para el pueblo de Corea del Norte era como si hubieran perdido a su Dios.
Corea del Norte, ese pequeño país aislado con capacidad para causar destrucción masiva, mantiene relaciones hostiles con Occidente y vive bajo una tensión que no deja crecer.
¿Logrará sobrevivir la dinastía Kim? ¿Seguirán los ciudadanos adorando y venerando a su dictador comunista? ¿O acaso todo esto no es más que una puesta en escena? Desde su fundación en 1948 hasta el régimen totalitario de hoy.
El nacimiento de Corea del Norte, 1946-1953, Corea ocupada por los japoneses.
Toda la península coreana estuvo bajo el control japonés después de 1905.
La ocupación japonesa no fue cuestionada por las potencias extranjeras y Japón la presentó como un proyecto civilizador.
Sin embargo, para los coreanos la realidad fue completamente opuesta.
Miles de guerrilleros resistieron con fiereza al dominio japonés hasta 1910, cuando fueron prácticamente aniquilados, y Corea se integró al imperio japonés.
La historia de la Corea ocupada por Japón es similar a la de muchas colonias.
La industrialización y el crecimiento económico llegaron de la mano de la discriminación contra los nativos, mientras la riqueza y los recursos eran desviados hacia los amos imperiales.
Aunque la resistencia guerrillera inicial quedó sofocada, el resentimiento de los coreanos nunca se apagó.
Japón gobernó Corea como una colonia militar, con maestros y escuelas armados, y una enorme fuerza policial militarizada que controlaba cada aspecto de la vida cotidiana.
Además, como ocurría en muchas colonias, los coreanos anhelaban la independencia.
Con el fin de la Primera Guerra Mundial y sus promesas de libertad, el pueblo coreano se movilizó por su autonomía.
En 1919, las protestas se extendieron por todo el país, pero los japoneses las reprimieron con brutalidad.
En un caso estremecedor, encerraron a cientos de manifestantes en una iglesia y los quemaron vivos.
A pesar de esto, la corriente independentista no pudo ser contenida.
El nacionalismo coreano cobró fuerza, y liderando este movimiento estaban los comunistas.
Los movimientos comunistas eran comunes en el mundo a principios del siglo XIX.
Inspirados por el triunfo de Vladimir Lenin y la Revolución Rusa, los comunistas ofrecían la redistribución de la riqueza, el fin del afán del lucro y del imperialismo, y un nuevo comienzo lleno de prosperidad para su pueblo.
El tiempo pondría a prueba esas promesas, pero el sueño de una utopía comunista y de una revolución mundial aún estaba vivo.
Especialmente en Corea del Norte.
El Partido Comunista Coreano pronto se convirtió en el principal frente de resistencia contra Japón.
Durante las décadas de 1910, 1920 y 1930, grupos guerrilleros y civiles buscaban una Corea comunista e independiente.
Los japoneses respondieron con pelotones de fusilamiento, cárceles y tácticas de terror.
Esto acabó con la vida de muchos guerrilleros y obligó a otros a huir, entre ellos un joven que más tarde sería conocido por el mundo como Kim Il-sung.
Kim Il-sung nació en 1912 cerca de Pyongyang.
Su infancia está envuelta en la propaganda posterior, pero parece que fue criado por padres cristianos que huyeron a China cuando él era pequeño, tras involucrarse en actividades contra Japón.
En China, el joven Kim se apasionó por las ideas comunistas.
Allí había movimientos comunistas activos y Kim se unió a ellos en cuanto tuvo oportunidad.
En 1931 abrazó el comunismo, convirtiéndose en miembro del Partido Comunista Chino y participando en protestas y acciones militantes antijaponesas.
Cuando las fuerzas japonesas invadieron Manchuria ese mismo año, Kim se sumó a la resistencia con la esperanza de expulsar a Japón de China y eventualmente de su patria.
Kim demostró ser un líder guerrillero exitoso, ascendiendo rápidamente gracias a una serie de ataques victoriosos que llevó a cabo tanto en China como en Corea.
En 1937 comandó a 200 guerrilleros en la Batalla de Ponchonbo, justo al otro lado de la frontera con Corea, donde sus fuerzas derrotaron a soldados japoneses y quemaron una estación de policía junto con otros edificios ocupados.
Esta victoria puso a Kim Il-sung en el mapa y lo convirtió en uno de los líderes guerrilleros más reconocidos de Asia Oriental.
Para la propaganda norcoreana posterior, este evento marcó el verdadero inicio de su camino al poder.
El propio Kim le escribió sobre la batalla, afirmando que las llamas en el cielo le dieron vida.
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