Cómo relacionarnos con la monkey mind y la impaciencia en la meditación 6t3n2d

Esto es un Hygge podcast para hablar de prácticas sencillas y orgánicas basadas en la felicidad que dan las pequeñas cosas de la vida.

Bienvenidas, bienvenidos a un episodio más de Prácticas Hygge.

Y siguiendo con nuestra segunda temporada, el arte de meditar, he pensado en conversar con ustedes sobre los obstáculos que pueden impedir el avance en la práctica de la meditación.

La meditación es una herramienta, queridos oyentes, poderosa, poderosa para cultivar la calma, la claridad mental y el bienestar emocional.

Sin embargo, como cualquier disciplina interna de introspección, que es la meditación, no siempre es fácil mantener una práctica constante o sentir que se progresa.

Muchas personas se encuentran con obstáculos que pueden hacer que abandonen la meditación antes de experimentar los beneficios más profundos.

Entonces yo quiero conversar con ustedes sobre esos principales impedimentos y cómo enfrentarlos.

Quiero comenzar con las expectativas poco realistas.

Uno de los obstáculos más comunes es comenzar a meditar con la expectativa de resultados inmediatos.

Muchas personas esperan sentir paz inmediatamente, vaciar la mente ya, desde el primer día, y cuando esto no ocurre, entonces podemos sentir un tipo de frustración y eso es muy dañino.

¿Por qué? Porque después el siguiente paso es dejarlo.

¿Qué pasa con esto? Que el enfoque está en el proceso, no en el resultado.

La meditación no se trata de sentirnos bien inmediatamente, de estar en la cresta de la ola, en la cima de la montaña.

No, se trata de observar lo que está presente con mucha honestidad.

Entonces quiero hablarles de la mente, la mente inquieta, la mente hiperactiva, que muchos la llaman también la monkey mind.

Son esos pensamientos constantes que pueden hacer que la práctica se sienta realmente caótica o inútil.

Entonces muchas veces creemos que no estamos meditando bien, que no logramos silenciar la mente.

Entonces la meditación no consiste en eliminar pensamientos, sino en cambiar la relación que tenemos con ellos.

Observarlos sin engancharnos, eso, eso es lo que tenemos que hacer.

Entonces, hablándoles de la monkey mind o la mente de mono, es meternos en uno de los conceptos más clásicos y universales en la práctica meditativa.

Y es realmente muy muy fácil de identificar.

¿Por qué? Porque cuando uno se sienta a meditar por primera vez, o la meditación número 50, siempre va a venir esta mente inquieta.

Entonces, esta expresión de monkey mind proviene de antiguas tradiciones orientales, especialmente del budismo, y se refiere a ese estado mental agitado.

También se usa mucho hoy en día en psicología.

Entonces, ese estado mental es disperso, es cambiante, y eso lo experimentamos.

Fíjense que el mono, por decirlo así, simbólicamente y también como animal, es un animal un tanto hiperactivo.

¿Por qué? Porque salta de una rama a la otra.

Muchas veces es incapaz de quedarse quieto ni un segundo.

Entonces, por eso se le llama la mente de mono, ¿no? Esa mente, esa mente es esa voz.