Cómo me convertí en perrita. zoo 1d2k5f

Cómo me convertí en perrita breve narración de cómo me inicié en este arte me gustaría empezar presentándome soy paulina opal para ustedes tengo veintiocho años actualmente soltera y con las proporciones adecuadas en las caderas y pechos aunque algo bajita esto que estoy a punto de narrar sucedió hace nueve años en ese entonces mi yo de diecinueve años estaba experimentado el sexo en todas las formas para ser sincera estaba teniendo una aventura con mi cuñado trece años mayor que yo y realmente el sexo era delicioso pero eso es otra historia aunque mi iniciación en el amor con perros fue precisamente en la casa de mi hermana aquella vez cuando todo empezó yo prometí ir y alimentar a sus perritos mientras ella mi cuñado y sobrinos estaban de vacaciones en italia dos semanas para ese entonces yo ya había estado viendo videos y leyendo historias de mujeres que tenían sexo con canes u otros anima vale y me parecía lo más excitante del mundo aunque me daba miedo intentarlo aprovechaba que tenía que ir dos veces al día donde mi hermana para poder masturbarme a gusto en la soledad de la casa sin nadie que me pudiera interrumpir mientras estaba en la sala tocándome por debajo del short de licra sentí algo en mi entrepierna como un resoplido aire frío y algo hurgando al abrir los ojos pude ver activo el perro macho de la casa olfateando con insistencia no era la primera vez que lo hacía pero siempre lo corría pensaba que era natural querer olfatear todo pero esta vez fue distinto en el calor del momento saqué mi mano llena de mis jugos vaginales y se la ofrecí para que oliera aunque en lugar de oler melanio limpiándome la mano como si le hubiera ofrecido la golosina más deliciosa en seguida sentí una electricidad recorrer todo mi interior or lo pensé un momento antes de levantarme para poder bajar el sol y la tanguita que llevaba abracé mis piernas y las pegué a mi pecho ofreciéndole activo mi vagina húmeda en seguida me hizo jadear al sentir su lengua áspera y fría recorrer mi putita una dos veces la sensación más deliciosa del mundo hasta ese momento pero estaba caliente necesitaba más como pude me quité la ropa y me senté en la orilla del sofá ofreciéndole mi sexo totalmente abierto y mojado y me dediqué a disfrutar lo que mi nuevo amante me daba el mejor sexo oral del mundo lo da los perros ay kibo más rápido bebé así méteme tu lengüita justo hay amor no te detengas las mamas muy rico le decía sin pensar que no me entendía podía sentir como me daba pequeños pellizcos con sus dientes en el clítoris como su lengua larga entraba en mi orificio vaginal buscando más de aquella miel que tanto le gustaba comencé a gemir al tiempo que kibo arrastraba su lengua con más ahínco hasta que me hizo tener el orgasmo más fuerte que jamás había experimentado incluso tuve un calambre en el útero doloroso pero placentero me dejé caer al suelo y lo abracé intentando respirar con tranquilidad mientras se escuchaba cómo se relamía la cara me encantó eso que hiciste bebé y supongo que a ti te gustó tu premio le dije al sentir su punta roja mientras lo acariciaba desde ese día comencé a informarme más acerca de cómo lograr una monda por suerte siempre ha tenido excelente salud y todas sus vacunas en regla era un mastín inglés enorme y pesado de cinco años y lo mejor de todo es que a su edad solamente había tenido tres perras así que tenía experiencia montando y cargando perritas pero no demasiada como para tener una enfermedad todos los días una vez que hubieran comido él y sus dos hermanas lo metía a la sala o al porche de la casa me quitaba el pantalón o lo que trajera puesto y le ofrecí a mi vagina pero esa tarde dos días antes de que volvieran de sus vacaciones fue diferente era ahora o nunca como ley le puse unas calcetas gruesas en las patas delanteras y mientras estaba lamiéndome la conchita tome sus patas y las acomode a mis costados me resbale hasta la orilla de la banqueta de jardín en el porche y abrí mas mis piernas esperando que supiera qué hacer aunque obviamente nunca había estado con una hembra humana