Como alimento mi alma? 3d5w4f

Ahora en Radio Urantia, desde el Facebook de Verdades Reveladas presentamos un servicio a la comunidad de buscadores de conocimiento espiritual compartiendo textos del libro de Urantia y análisis personales de sus colaboradores.

¿Cómo alimento mi alma? El alma se alimenta con valores espirituales, frutos del Espíritu, energías que vienen del Paraíso, del Padre Universal, con amor divino.

Todos esos dones espirituales los podemos recibir de manera ideal cuando adoramos a Dios de todo corazón en comunión silenciosa y devota.

Adora verdaderamente a Dios aquel cuyo ser interno está absorto en Dios.

Documento 131, 4, 5. Enseñanzas de Merkice Beckman El ser interno es el alma. En la verdadera adoración es el alma la que adora a Dios.

Por eso es necesario que la mente esté dispuesta a adorar, permaneciendo en paz e enfocando su atención silenciosa y receptiva en Dios, aceptando su voluntad incondicionalmente, sin hablar mentalmente, en silencio interior, para permitir que el alma absorta adore al Padre.

En la verdadera adoración no se pide nada, ni se espera recibir nada. Solo se mantiene la mente enfocada atentamente en la presencia divina del Padre en nosotros, con una actitud receptiva silenciosa.

La adoración requiere el olvido de uno mismo, elevar la atención de la conciencia sin palabras, sin esfuerzo, de un modo reposado.

La mente debe estar en silencio, sin desarrollar un proceso de pensamiento, es decir, sin elaborar conceptos, sin formular palabras ni alabanzas de ningún tipo, solo atención centrada en el Padre.

El suprapensamiento es una actividad elevada de la mente.

La persona debe estar en silencio, a solas, tranquila, de preferencia sentada, sin tensiones físicas que distraigan su atención.

Hacer la voluntad de Dios es compartir de la vida interior con Dios, que nos ha dado la vida, la mente, el alma, la personalidad, incluso su maravillosa presencia divina.

En nuestra propia experiencia interior, el alma contempla la presencia de la realidad espiritual, y es entonces que encontramos a Dios y tratamos de comulgar con Él.

Cuando nos disponemos a adorarle, la comunión con el Espíritu ajustador otorgado por el Padre es inmediata.

Si esa mente humana está sincera y espiritualmente motivada, si ese alma humana desea conocer a Dios y volverse semejante a Él, si quiere hacer honradamente la voluntad del Padre, no existe ninguna influencia negativa de privaciones mortales, ni ningún auténtico poder de interferencia posible que pueda impedir a ese alma divinamente motivada a ascender con toda seguridad hasta las Puertas del Paraíso.

Documento 5.1.7 El Padre desea que todas sus criaturas estén en comunión personal con Él.

Documento 5.1.8 El camino al Padre está abierto para todos nosotros.

No hay desarrollo espiritual sin esfuerzo consciente y determinación positiva de nuestra parte.

La verdadera religión no es nunca una expresión pasiva, una actitud negativa.

El Maestro enseñó que nos ennoblecemos y transformamos de manera natural cuando nos dejamos guiar por el Espíritu, nos dejamos alimentar espiritualmente y así producimos abundantes frutos espirituales, que son la esencia del dominio de sí mismo.

Estos frutos surgen cuando las condiciones son propicias, cuando recibimos en el alma el agua viva del Espíritu y los dones divinos de los valores y frutos del Espíritu.