Charlando sobre: La práctica de la cera en el BDSM 3rqt

Bienvenidas y bienvenidos. Hoy vamos a sumergirnos un poquito en algunos fragmentos de la práctica de la cera, la alquimia del placer. Es una guía sobre el juego con cera en el BDSM y está escrita por dos figuras bastante conocidas, Domina Istar y Danko, de Cultura BDSM. Eso es. La idea es pues desgranar un poco que nos cuentan estos textos sobre esta práctica tan sensorial.

Exacto, vamos a ver cómo describen la experiencia, sus matices, la importancia enorme de la seguridad fundamental y los puntos que ellos consideran clave. Se trata de captar un poco la perspectiva que ofrecen Istar y Danko en estas páginas que tenemos. Vale, pues de entrada ya llama la atención que lo presentan como un arte milenario, no sólo una práctica sino un arte.

Sí y muy sensorial. Totalmente, que involucra los cinco sentidos. Hablan de que el sonido del goteo puede ser hipnótico, el olor de las velas. Evocador, sí. Eso, es un enfoque muy muy completo. Totalmente. Y destacan algo que me parece central, la conexión que se crea. Describen cómo la persona sumisa, bueno, al exponerse voluntariamente al calor, está realizando un acto de entrega, de confianza brutal. Claro. Y por otro lado, quien domina, pues asume la responsabilidad de controlar esa sensación, de leer el lenguaje corporal del otro. Una comunicación sin palabras casi. Lo pintan así, como un diálogo muy íntimo, no verbal, casi instintivo diría yo.

Y esa intimidad, claro, nos lleva a un punto donde ponen mucho el foco, la seguridad. Uf, sí. Y ligado a eso, los tipos de cera, que parece que elegir bien es, vamos, crucial. Es que lo es. Mencionan la cera de abejas, por ejemplo. Dicen que es más intensa, que retiene más el calor, porque funde más alto, sobre 62, 65 grados. Exacto. Y la comparan con la parafina, que da más juego, digamos. Más opciones. Claro. Porque hay parafinas que funden bajito, a 37 grados, que dicen que son ideales para empezar. Ah, mira. Y otras que suben a 60, ya para gente con más, bueno, con más experiencia.

Y recalcan que se enfría más rápido que la de abejas, ojo. Vale, vale. Y luego nombran otras más suaves todavía, como la de soja o la de coco, con puntos de fusión aún más bajos. El mensaje es claro. Conoce lo que usas. Conoce el material, sí. Y no solo el material. Insisten muchísimo en las precauciones, ¿verdad? Hombre, por supuesto. Cosas como probar siempre la cera antes en uno mismo, controlar la altura desde la que cae. Sí, porque a más altura, más se enfría al caer. Parece una tontería, pero no lo es. Claro. Y sobre todo evitar zonas delicadas. Cara, mucosas, genitales.

Zonas prohibidas, según dicen. Totalmente prohibidas. Y mencionan también preparar la piel, quizá con aceite. Y la comunicación. Siempre. Constante. El consentimiento explícito e informado como base de todo, ¿no? Lo repiten bastante. Una y otra vez. Y no se olvidan del after care, del cuidado posterior, que es vital. No solo para la piel, entiendo. No, no.

También para procesar la experiencia a nivel emocional, para reconectar después de algo que puede ser muy intenso. Hablando de intensidad, cuentan cómo la sensación puede variar mucho, desde un calor suave, agradable, hasta un ardor bastante agudo. Y aquí es donde la cosa se pone interesante a nivel mental, creo yo. Describen cómo esta estimulación puede llevar a estados alterados de conciencia.

¿Mencionan algo parecido al subspace, sabes? Ese estado donde la percepción del dolor y el placer como que se mezcla, se difumina. Sí, esa capacidad de inducir estados alterados es quizá de lo más fascinante que transmiten estos textos. No lo presentan solo como un juego erótico, que también, sino casi como una herramienta.

¿Una herramienta para qué? Pues para el autodescubrimiento, para explorar límites, para profundizar la confianza en la pareja. Incluso mencionan su uso en rituales de transformación o para mejorar la comunicación.

O sea que va más allá de lo puramente físico o erótico.

Mucho más allá, según se desprende de estos fragmentos.

Pues por lo que estamos viendo, parece una guía bastante seria, muy completa.

Sí, da esa impresión. Si a alguien le interesa el tema, estos textos dejan claro que es una práctica que necesita conocimiento, respeto… Y formación.

Y formación, exacto. Y recalcar mucho que los autores son referentes con experiencia reconocida en el mundo BDSM. Eso le da peso, claro.

Desde luego.

El mensaje constante sobre educación, respeto,