Carlo Emilio y los ilegibles 275i43

¡Hola, criaturos celestiales! ¿Cómo estáis? A ver, no es que toque Semana Criminal ni nada por el estilo, pero os informo del estado de la cuestión, por decirlo de algún modo.

En mi vida, esta semana es la decisiva para terminar el libro de Pier Paolo Pasolini.

Diría que estoy en el penúltimo párrafo, lo que es bastante notorio y mola un huevo.

Pero, claro, voy pilladísimo porque estoy con artículos de Una Cosa, facturas, por supuesto, de Bodar, Chavi, perdóname si me escoltas, las fechas de los cursos del año que viene en Noia Jiu. Haremos paseos sábados y domingo y Club de Lectura Europeo muy centrado en 1980-2025, dado que el año pasado, es decir, este, que tenemos aún el 16, Teorema de Pier Paolo Pasolini, pues este lo centré mucho en el periodo, curiosamente, fue casual, pero me gusta trazar una evolución cronológica y me enfoqué mucho en 1932-1968. Entonces digo, mira, vamos a jugar un poco con la posmodernidad. Aún no tengo los nombres cerrados, pero sí que está Anierno, Italo Calvino, ahora no me acuerdo, Ishihuro, también para por ahí. Está, a ver, que la tengo aquí, además, maravillosa, Lyudmila Ulitskaya, que a mí me interesa muchísimo.

Hay paridad, advierto, Lidia Giorge, también vamos a meter, hay paridad entre hombres y mujeres, pero bueno, todo esto llegará. Recordad que estamos a martes y como siempre voy apurado, con las preguntas de los oyentes, oyentes15aldía.com, preguntas, críticas, insultos, con argumentación y hoy os voy a hacer un mixto que deseaba perpetrar desde hace tiempo, porque es perpetrarlo y además debería ser de esos con poca audiencia, porque voy a hablar de un escritor ilegible que es Carlo Emilio Gadda y diréis, ¿y por qué de repente te he gantado por eso? Pues porque es que estaba generando temas en mi cabeza y no me salía ninguno y digo, mira, Gadda, vamos a darlo a conocer, porque además tengo una relación casi telúrica barra metafísica con su persona, es algo muy fuerte.

Lo he leído, debo leerlo más, eso también es cierto, porque es que tiene obras maestras y con cuerpas, tichacho, bruto, Divia Merulana, vamos servidísimos. Y hablaré también de la adaptación cinematográfica de Pietro Germi, que a mi parecer es sensacional y de una belleza increíble por su blanco y negro, pero bueno, Gadda digamos que es como el ejemplo máximo de escritor italiano en el siglo XX. Uno puede pensar en Moravia, uno puede pensar en Pasolini, Calvino, qué sé yo, luego nos vamos a las mujeres y tenemos a Ginzburg, Morante, etcétera, etcétera, etcétera.

Seguro que me estoy dejando alguna y diréis, no, Ana María Ortese, es enorme y tenemos muchas más, pero bueno, Gadda queda como una especie de escritor aurio y esto es algo muy curioso que también me permitirá desarrollar otro tema, de hecho será la clave creo del programa, que son los ilegibles, es decir, esos autores que el sistema y un supuesto canon encumbran, pero que en realidad casi nadie consume y por lo tanto menos aún lee. Dicho esto, que ya tenemos la base, empezamos.

Stop. Y si vamos con Carlo Emilio Gadda, ahora veréis, ah, no, no, no tengo que tastear tanto como pensaba. A ver, me compré en libracho. Un día, por cierto, esta semana quiero hablar de librerías un poco de toda Europa, que sé que es un tema que os puede gustar. Me hice en libracho, que es el segunda mano del grupo RCS. Fantástico, porque puedes adquirir libros recientes y clásicos modernos a precios irrisorios. Yo creo que deberían ser premiados por su fomento a la lectura, porque además es un lugar muy concurrido. Pues adquirí ahí, en Boloña, con Carlos Emilio Gadda.