Capitulo 67: Tyrion 5e1t65

Sirio soñaba con un techo de piedras acreditado y con el olor de la sangre la mierda y la carne quemada el aire estaba lleno de humo acre alrededor de él había hombres gimiendo y soy usando y de cuando en cuando un grito rasgada el aire rebosante de dolor cuando intento moverse descubrió que se ve ensuciado en el hecho el humo lo hace llorar estoy llorando no puede dejar que su padre lo viera él era un la mister derrocha hacerle un león debo ser un león vivir como un león morir como un león pero estaba muy mal herido yacía sobre sus propios excrementos demasiado débil para gemir y cerró los ojos en las cercanías alguien mal decía los dioses con una voz profunda monótona prestó atención a las las féminas y se preguntó si se estaba muriendo al rato la habitación se desvaneció sea yo fuera de la ciudad caminando por un mundo sin color los cuervos planeaban en un cielo gris con sus amplias a las negras mientras otras aves carroñeras se levantaban de sus testing en furiosos bandadas cada vez que daba un paso gusanos blanco se habrían camino a través de la oscuridad de los cuerpos en descomposición los lobos eran grises y grises también eran las hermanas silenciosas juntos descarnada en a los caídos había cadáveres esparcidos por doquier en el campo de justas el cielo era una ardiente moneda blanca que brillaba sobre el río creéis que fluye en torno a las osamentas calcinadas y naves fundidas desde las pilas de muertos o bien negras columnas de humo y cenizas blancas y calientes mi obra pensó obtiene una mister perecieron por orden mía al principio no había sonido en el mundo pero después de un tiempo comenzó a oír las voces de los muertos quedas y terribles soy usaban y genial imploran que terminará el dolor lloraban pidiendo ayuda y quieren ver a sus madres no había llegado a conocer a su madre quería pero ella no estaba allí camino sólo entre sombras grises intentando recordar las hermanas silenciosas despojaban a los muertos de ropa y armaduras los colores brillantes de los cupones de los muertos se habían desvanecido vestían tonos de blanco gris y su sangre eran negra y costosa contempló como levantaban los cadáveres desnudos agarrando los por un brazo y una pierna para llevarlos a las pilas junto con sus compañeros el metal y la tela y van a parar a la parte de atrás un carro blanco de madera del que tiraban dos enormes caballos negros tantos muertos tantos sus cuerpos colgaban flash y dos con los rostros lánguido o tensos o hinchados por los gases irreconocibles apenas humanos las prendas que las hermanas les quitaban estaban adornadas con corazones negros leones grises flores muertas y venados pálidos y fantasmales las armaduras estaban apoyadas indebidas las cotas de malla rotas sacadas destrozadas porque los mates todos alguna vez lo supo pero por alguna razón lo había olvidado el hombre ha preguntado a una de las hermanas silenciosas pero cuando intento hablar descubrió que no tenía poca sus dientes estaban cubiertos por una piel lisa sin abertura el descubrimiento la terror cómo podía vivir sin boca comenzó a correr la ciudad no estaba lejos estarían a salvo dentro de la ciudad lejos de todos aquellos muertos no tenía nada en común con los muertos carecía de boca pero todavía era una persona viva no un león un león vivo pero cuando llegó a las murallas de la ciudad las puertas estaban cerradas para impedirle entrar estaba oscuro cuando despertó de nuevo al principio no podía haber nada pero al rato su alrededor reaparecieron los contornos sin precisos de un lecho las cortinas estaban corridas pero podría haber la forma de los postes tallados de la cama y el ángulo del dos el sobre su cabeza debajo tenerla mucha suavidad de un lecho de plumas y la almohada bajo su cabeza hero de pluma un descanso estoy en mi cama en mi dormitorio hacía calor entre aquellas cortinas bajo el montón de mantas y pieles que lo cubría estaba sudando fiebre pensó como si estuviera borracho se sentía muy débil y el dolor fue como una estocada cuando hizo un esfuerzo para levantar la mano se rindió y dejó de hacerlo sentía enorme la cabeza tan grande como la cama demasiado pesada para levantar la de la almohada apenas lograba percibir su cuerpo