Capítulo 53: Jon 6u3vo

John la oscuridad imperaba sobre el paso brillante los inmensos flancos de piedra de las montañas ocultaba en el sol durante casi todo el día de manera que cabalga van a la sombra mientras el aliento del hombre y el del caballo se condensan en el aire frío los dedos de agua angelita bajaban serpenteantes de las acumulaciones de nieve para formar charquito se lados que crujiente y se gritaban bajo los cascos de sus pequeños caballos en ocasiones veían en unas cuantas brisas hierba que luchaban por crecer en la hendidura de una roca y aquí y allá una mancha delhi quienes descoloridos pero no había más vegetación y los árboles se habían quedado ya abajo el sendero era tan empinado como estrecho siempre ascendente cuando el paso era tan angosto que los explorador es tenían que ir en fila de uno escudero da al bric iba a la cabeza escudriñando las cumbres con el arco en la mano tenía la vista más aguda de toda la guardia de la noche fantasma inquietud caminaba siempre al lado vellón de cuando en cuando se detenía y se volvía con las orejas seguidas como si hubiera habido algún ruido a su espalda yo creía que los gatos sombras no atacar y a hombres vivos a menos que estuvieran muy hambrientos aun así saco agarra de su vagina un arco de piedra gris tallado por el viento mar acaba el punto más elevado del paso allí el camino se ensanchan iniciaba y largo descenso hacia el valle del agua el hecho se corín decidió que descansan allí hasta que las sombras volvieron y esperar las sombras son amigas de los que visten de negro dijo john lo encuentro muy lógico habría sido agradable cabalgar a la luz del día dejar que el radiante sol de la montaña les bañar a las capas y espantan el frío de sus huesos pero era demasiado arriesgado ya habían encontrado tres vigías podía haber otros dispuestos dar la alarma serpiente de piedra se acurrucó bajo la desastrosa capa de piel y se durmió casi al instante he compartido con fantasma la reacción de carne seca mientras ven y escudero tal brics le estaban de comer a los caballos corín media manos se sentó con la espalda apoyada en una roca y se puso a afilar la espada larga con movimientos largos causados yo no observó a la explorador unos instantes y al final reunió el valor niza salió para dirigirse a él mi señor dijo no me has preguntado cómo me fue con la chica no soy ningún señor senado corín deslizó la piedra lo largo del acero con su mano de dos dedos me dijo que si escapaba con ella más necesitaría en su grupo es cierto también seguro que éramos parientes me contó una historia acerca de baile el bardo y la rosa de winter feel me lo dijo serpiente da la casualidad de que conozco esa canción en los viejos tiempos mans no paraba de cantar la la aprendió en una expedición le gustaba muchísimo la música de los salvajes y también sus mujeres conocías todos lo conocíamos tenía la voz triste eran amigos además hermanos comprendió john y ahora son enemigos a muerte porque desertó unos dicen que por una chica otros que por una corona corín comprobó el filo de la espada con la yema del pulgar más le gustaban las mujeres y no era hombre que doblar a la rodilla con facilidad pero no fue únicamente por eso le gustaba la espesura más que el muro lo llevaba en la sangre nació salvaje lo capturaron de niño cuando pasaron por la espada a un grupo de salvajes cuando se marchó de la torre sombría lo que estaba haciendo era volver a su hogar eran un buen explorador el mejor de todos nosotros respondió media mano y también el peor sólo los idiotas como ozores mismo webs desprecian a los salvajes son igual de valientes que nosotros sesión igual de rápidos igual de fuertes igual de astutos pero no tienen disciplina se llaman a sí mismos el pueblo libre y cada uno de ellos consideran que vale tanto como un rey y que sabe más que ningún maestre mancera igual jamás aprendió a obedecer igual que yo dijo john en voz baja así que la dejaste los astutos ojos grises de corín parecieron atravesarlo su voz no mostraba sorpresa lo sabías ahora dime porque le perdona este no les resultó fácil expresarlo con palabras mi padre nunca empleaba los servicios de un verdugo