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Sueñacuentos
Caperucita Rebelde y el Patito Feo

Caperucita Rebelde y el Patito Feo 1j2y2j

26/5/2025 · 20:50
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Sueñacuentos

Descripción de Caperucita Rebelde y el Patito Feo 261n4q

Antonia Kitty se cuela en el cuento del patito feo para dejar claro que el bullying y el acoso a los demás no es tolerable. Con su peculiar estilo, pondrá en su lugar a los abusones y hará ver que lo único feo de verdad es juzgar a las personas por su aspecto físico. Guión y montaje: Elena Lostalé Voces: Elena Lostalé Voz niña: Alejandra Rojas Música CC 4.0 Pixabay: Fiona's Fairy Song (VictorvanTast), Christmas Fairy Tale (PlaySound), Fairy Tale Music (BackgroundMusicForVideos), Magical Overture (Sonican) y El lago de los cisnes (Tchaikovsky) Efectos CC 3.0 Freesound: Graznido de pato (AltoMediaDesign) Imagen: Freepik CC - BY: Caperucita (freepik), Patito (brgfx), Fondo lago (freepik) 1c1m4s

Lee el podcast de Caperucita Rebelde y el Patito Feo

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Sueña cuentos.

Historias para niños que sueñan despiertos.

Caperucita rebelde y el patito feo.

¿Ya estás acostada? ¿Hoy no quieres cuento? No.

¿Qué pasa? Nada.

Algo te pasa. Anda, cuéntamelo.

Que un niño en el cole me ha dicho que soy muy bajita para jugar al baloncesto.

Ah, ya.

Y los demás se han empezado a reír y a decir que es verdad, que no quieren jugar conmigo porque no llego a encestar en la canasta.

¿De qué te ríes? Pues de que no tienen ni idea.

Ser alto para jugar al baloncesto está bien, pero lo más importante no es eso.

El truco está en saltar mucho.

Y eso se puede entrenar.

Sí, ya.

Además, no debes preocuparte por ser bajita.

Aún eres muy pequeña.

¿Sabías que las niñas crecen hasta los 17 años y los niños hasta los 20? ¿En serio? Pues claro.

Mira, ¿te acuerdas de la historia del patito feo, que todos los demás patos se burlaban de él? Sí, me gusta ese cuento.

Bien. ¿Y qué es lo que pasó cuando se hizo mayor? Que se convirtió en cisne.

Ahí lo tienes.

Se convirtió en un animal muchísimo más bonito que los que se reían de él.

Pues tú piensa en ese cisne, hija.

Aún te quedan muchos años de crecimiento por delante.

Pueden cambiar mucho las cosas.

Es verdad.

Ay, ¿me cuentas el cuento del patito feo? Me apetece.

Claro, venga, siéntate o túmbate lo que prefieras.

Poneos cómodos vosotros también, sueñacuentos.

Era un hermoso día de verano y el campo estaba precioso, pintado de dorado tras la siega y acariciado por el sol de media tarde.

En una pequeña granja, junto al estanque, resguardada del calor entre la maleza, estaba mamá pata.

Incubaba sus huevos impaciente.

Sus polluelos estaban ya a punto de romper el cascarón.

Al poco, los huevos comenzaron a abrirse y ocho preciosos patitos de color amarillo como el verano graznaron con sus aún débiles vocecillas, asombrados por lo grande que era el mundo en comparación con el interior del cascarón.

Pero uno de los huevos, el más grande, no se quería romper.

Hay que ver, este huevo no termina nunca.

Déjame verlo.

Yo creo que es un huevo de pava.

A mí me engañaron una vez.

Una pava colocó un huevo en mi nido para que yo lo incubara.

Aquel polluelo le tenía un miedo atroz al agua.

Me dio muchos problemas.

No lo creo.

¿Será que está muy a gustito y por eso le da pereza salir? Lo empollaré un poquito más.

A la mañana siguiente por fin comenzó a romperse el cascarón.

Del huevo surgió un pato gordote, feucho y gris que en nada se parecía a sus hermanos.

Mamá Pata recordó las palabras de su madre.

¿Y si se trataba de un pavo? Pero sus temores se disiparon cuando acudió junto a sus polluelos a nadar en el lago.

Si puede nadar, entonces no es un pavo.

No hay duda de que es, hijo mío.

Es solo que salió distinto de los demás.

No es dorado ni esbelto y es enorme.

Pero a mí me parece precioso.

Por la tarde Mamá Pata llevó a sus polluelos a conocer al resto de las aves de la granja.

Había mucha expectación por recibir a los nuevos patitos.

Cuando llegaron, todos los ojos se clavaron en el patito feo.

Entonces un ganso se acercó a él y le propinó un picotazo en el cuello.

¿Habéis visto a este? Es gordo y feo.

Eh, oye, ganso, te voy a decir una cosa.

Ven, ven aquí, ven.

Que te la voy a decir en voz baja para que la entiendas bien, ¿sabes? ¿Y tú quién picos eres? Antonia Kitty, el azote de los abusones.

Un placer.

¿O no? La pregunta es, ¿quién narices eres tú? ¿Te crees muy valiente por meterte con un patito recién nacido? No, bueno, claro.

Yo solo.

Tú nada.

Es que no sabes que eso es bullying.

Y te pueden meter en la cárcel por matón.

¿La cárcel? Sí, la cárcel.

El tuyo, el talego, la trena.

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