El Caníbal de Japón La Perturbadora Historia de Issei Sagawa Crimen Real Narrad 403q2h

Saludos cultistas.

El día de hoy vamos con un nuevo caso real.

Este es el de Issei Sakawa, el caníbal de París.

Espero que te guste.

Mide 1,50 y nació en Kobe, Japón.

Llegó a pesar 40 kilos, aunque ahora subió de peso, no mucho.

Tiene pequeños pozos y granos en el rostro alargado.

Son notables, pero no abundantes.

Nariz ancha, dientes desparejos y grandes, labios finos.

Un grano sobre la mejilla izquierda, un hinchazón en el lado derecho de la frente.

Los párpados son grandes, las cejas casi no se advierten y las pestañas son túpidas.

Unos pelos que podrían asemejarse a una barbita infantil sobresalen de la punta de su mentón.

Sus manos y sus pies son pequeños, proporcionados con su estatura.

Posee un caminar levemente cojo, una voz singular con tono femenino y una frente tan despejada que el inicio del cabello se ubica un poco antes de que termine el hueso frontal y comience el parietal.

Es decir, una entrada tan profunda que deja de serlo para ubicarse en una categoría indefinida.

Aunque un mechón largo y grueso de cabello que nace en el costado derecho le atraviesa la frente en forma ondulada, dándole un toque incomprensible. ¿Acaso de estar talado? Como no podía ser de otra manera, en una persona perspicaz, él mismo se define como un hombre débil, feo y pequeño.

Dice de sí mismo, Cuando nací no era enteramente normal, era una forma perdida, un feto viviente.

En este sentido, tengo un sentimiento de pérdida, de no haber sido normal.

Es un mal pintor y a decir verdad no tiene muchas habilidades a excepción del estudio, pues siempre fue un estudioso empedernido y lector voraz, amante de la literatura.

En la escuela, tuvo notas excelentes. Se especializó en novela y teatro inglés, con una neta predilección por Shakespeare.

Obtuvo un diploma de literatura inglesa y en la Universidad de Tokio presentó una brillante tesis sobre Macbeth.

Se llama Issei Sagawa y las letras, está dicho, son una de sus dos grandes pasiones.

La otra es comer carne, carne humana.

Es hijo de un multimillonario, Akira Sagawa, empresario de plantas depuradoras de agua, presidente de la firma Kurita Water Industries en Tokio.

A los cinco años, Issei tuvo una pesadilla horrible.

Soñó que lo hervían en una gran olla junto con su hermano menor.

Buscaban la manera de salir de allí, moviéndose desesperadamente entre zanahorias, cebollas, pimientos, perejil y condimentos de todo tipo.

No podía contárselo a su familia porque le daban escalofríos y una rara sensación que luego, al crecer y rememorar la pesadilla, se convertiría en una erección.

En la soledad, del baño, se revisaba frenéticamente los brazos, las piernas, el pecho, para ver si tenía algún lugar el escaldado.

Este sueño, que no fue recurrente, quedó impreso en su conciencia de tal forma que ya en la adolescencia provocó en Issei un tipo de pensamiento inédito, asombroso, el temor a ser comido.

Volvió a sentir pavor. Compró cuantos libros y revistas de canibalismo hubiera, incluso publicaciones vulgares.

Se obsesionó de tal manera que estudió historias de caníbales y artículos científicos y pseudocientíficos hasta que su pensamiento evolucionó de una manera impredecible, o tal vez no tanto.

Poco a poco fue surgiendo en él una idea que lo guiaría hasta la actualidad.

Así, como sentía entonces temor a ser comido, nació el deseo de comer, y eso precisamente es lo que aún ansía, pues la historia de Sagawa todavía no concluyó.

Es un caníbal suelto en Tokio.

Aunque sí tenemos que ser escrupulosos con la historia, finalmente Sagawa fallece en la ciudad de Tokio a los 73 años de edad del 24 de noviembre de 2022.

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