Calvino, Mujica, Arte, Ciencia, Educación y más 1x1t5s

Bienvenido a la Tertulia de Estocolmo, donde hablamos de lo humano y lo digno.

Buenas tardes Estocolmo, buenas tardes mundo y buenas tardes le desea a usted Carlos Manuel Estefanía Aulet, el conductor de esta revista cultural que es la Tertulia de Estocolmo, un servicio de radio buchirca para todos los que aman la lengua española, ya porque la tengan como lengua materna, ya porque la estudian. Usted puede escucharnos cada jueves, cada sábado y cada lunes a partir de las 18 horas, hora local de la capital de Suecia en el 91.6 FM.

Si quiere comunicarse con nosotros, puede escribirnos al mail latertuliaestocolmo.com Serán muy bien recibidos los comentarios que usted nos haga llegar, incluso cualquier archivo de voz sabe que este es un programa interactivo. Lo único que nunca retransmitiríamos sería una llamada a la violencia o un insulto improcedente, pero mientras se trate de ideas bien fundamentadas y mientras se hable con respeto, todas las opiniones son bien recibidas en La Tertulia de Estocolmo.

Y la naturaleza parecen susurrar al viento historias de otros tiempos.

Les acompañamos como cada lunes, jueves y sábado a partir de las 18 horas por la frecuencia 91.6 del Dial en Estocolmo.

Gracias por estar ahí, al otro lado de las ondas, compartiendo con nosotros este espacio de palabras, música y reflexión.

En nuestras dos ediciones anteriores exploramos propuestas musicales tan distintas como cautivadoras.

Por un lado, el disco Lo que nunca muere, del grupo vocal El Consorcio, una tierna evocación de la vieja radio española con canciones que hicieron latir corazones en la posguerra. Por el otro, Hot Salsa Latino I, una explosiva selección de salsa bailable del grupo Ramírez, que hizo vibrar las pistas de baile europeas con sabor caribeño a principios del siglo XXI.

Curiosamente, ambos álbumes comparten título, Lo que nunca muere, y aunque separados por océanos, estilos y décadas, coinciden en algo esencial, la voluntad de mantener viva una tradición musical. Porque si hay algo que no muere es aquello que nos hace sentir, ya sea por la memoria o el movimiento, que la vida sigue latiendo.

El Consorcio, herederos de mocedades, nos llevó de la mano a una España de radios con válvulas, de melodías como El Chacachá del Tren o Cachito Mío, interpretadas con la elegancia de quienes aún saben cantar al oído de toda una generación. Mientras tanto, el grupo Ramírez nos sumergió en otra trinchera emocional, la del gozo, la pista, el cuerpo que celebra. Con catorce temas y más de una hora de ritmo ardiente, su disco nos recuerda que lo eterno también puede sonar a timbal, clave y conga.

Y entonces uno se pregunta, ¿pueden convivir en un mismo título la nostalgia y la fiesta?