Cagliostro, el último alquimista. HISTORIAS OCULTAS 52js

Os quiero contar la historia del conde de cagliostro alessandro cagliostro considerado el último alquimista su verdadero nombre era giuseppe balsamo que nació en parma en mil setecientos cuarenta y tres fue un aventurero italiano que procedía de una familia muy humilde donde creció y se educó en plena calle este afán aventurero le llevó a viajar y navegar por el mediterráneo allí conoció grecia egipto persia rodas y en estas últimas tierras en egipto es donde estudió alquimia y para ello hay que recordar que la palabra alquimia procede del árabe al que mi que significaría tierra negra aunque también hay quienes comentan que alquimia sería otra palabra que significaría la ciencia egipcia egipto era una tierra de longevidad y allí abarcaba matemáticas astronomía geometría la física aplicada a las ciencias de la salud la arquitectura incluso pitágoras se impregnó de todo su conocimiento de todo su saber cuándo vivió en egipto la tradición antigua cuenta que el propio faraón keops fue un importante y gran alquimista el creador de la alquimia esa alquimia egipcia fue el dios thot el tres veces grande pero que lástima la quema de la biblioteca de alejandría que hizo julio césar en su conquista destruyó práctica tamente todo aquel conocimiento antiguo allí desaparecieron los cuarenta y dos libros del saber la tabla esmeralda o hermética casi todos los textos de ciencia esa biblioteca era el centro del saber de la antigüedad se estimaba que poseía unos setecientos mil libros según rogelio exactos o no esa cifra que enumera los libros pero podemos hacernos una idea de la envergadura del material del conocimiento la tabla esmeralda que un día tenemos que hablar de ella porque incluso aludía la destilación de oxígeno a partir de salitre un proceso que se descubrió aquí en europa ya bien entrado el siglo diecisiete bueno cagliostro recorrió europa exhibiendo sus poderes ocultos todo lo que había aprendido en egipto vendía elixires de la juventud hacia brebajes amorosos y fue un reconocido vidente y por supuesto alegaba tener dotes para las curaciones milagrosas se convirtió en una de las principales figuras de la alta sociedad parisina pero este hombre fue implicado en el escándalo del collar que llevo a maría antonieta la guillotina cagliostro tenía una gran amistad con el cardenal louis de rohan no que la lió bastante gorda porque como cagliostro era alquimista y amigo del cardenal bueno pues dijeron que era capaz de engrandecer diamantes así que bueno os resumo os resumo esta historia que es muy interesante la del collar porque todo viene de ese collar de diamantes de dos mil ochocientos quilates que estaba destinado a decorar el cuello de maría antonieta aunque en realidad fuese una excusa para ejecutar la última reina de francia en octubre de mil setecientos noventa y tres el motivo fue una serie de movimientos extraños alrededor de la compra de esta joya maría antonieta por cierto no tenía ni idea de que había tomado su nombre para la adquisición de este collar y encima nadie le permitió defenderse con justicia de todas las acusaciones que caían sobre ella era una época donde francia estaba ahogada en una crisis económica y social ya que los gastos de la reina eran innecesarios y excesivos claro añadir que el sobrecoste del apoyo militar en la estreché colinas para lograr una emancipación de jorge tercero del imperio británico bueno pues castigaba un pueblo sumido en hambruna y pobreza y los jacobinos que eran los republicanos defensores de la soberanía popular era un grupo político de la revolución sa su nombre de jacobino procede de que ellos se encontraban en una sede en un convento de los frailes dominicos en parís y eran conocidos como los frailes jacobinos bueno prosigo estos los jacobinos miraban con lupa todo lo que la reina hacía para iniciar una excusa de revolución así que el escándalo del collar fue la excusa perfecta para iniciar esas violentas revueltas claro la reina había comprado la joya más cara de europa la más cara de europa un collar de seiscientos cuarenta y siete diamantes