El bombardeo de Dresde 6p6s6n

Bienvenido a un nuevo episodio de La Trenchera, el podcast del cajón de griso.

Unos mil aviones pertenecientes a las fuerzas aéreas estadounidense o británica bombardearon la ciudad de Dresde entre el 13 y el 14 de febrero de 1945, causando miles de bajas civiles que se estiman entre 20.000 y 45.000 personas y destruyendo hasta los cimientos la que había sido una de las ciudades más bellas de Alemania y considerada como la Florencia del Elba. Tras la fundación del Reich alemán en 1871, Dresde alojó una de las guarniciones militares más grandes de toda Alemania.

En la ciudad surgieron multitud de cuarteles, especialmente en la parte norte. Se inició asimismo una ambiciosa reforma urbanística que cambió por completo la imagen de la ciudad.

Se atendieron puentes sobre el Elba, se construyeron vías y estaciones de ferrocarril, se creó el embarcadero sobre el río y en 1872 se puso en marcha la primera línea de tranvía. Nuevos y modernos edificios completaron esa transformación, como el Ayuntamiento de 1910 o la Ópera de 1878, además de numerosos edificios gubernamentales y municipales.

En el cambio de siglo, Dresde acogió una población de más de medio millón de habitantes, con lo que se convirtió en la cuarta ciudad más poblada de Alemania.

Dresde contaba con hermosos edificios barrocos y el impresionante Palacio Zwinger, que albergaba la famosa colección de porcelanas Meissen y Dresde. También se podían visitar magníficos museos de todo tipo, como la Binacoteca de los Maestros Antiguos, el Museo Histórico con su imponente colección de armas y los Salones de Ciencias Físicas y Matemáticas. Pero todo ello quedó totalmente reducido a cenizas.

El 13 de febrero de 1945 era martes, martes de carnaval, y las calles de Dresde estaban atestadas de gente. Mientras tanto, en Reino Unido, una vez confirmado que las condiciones meteorológicas eran favorables, una escuadrilla de aviones despegó para iluminar la ciudad. Una vez sobre ella, lanzaron paracaídas con bengalas de fósforo, los conocidos como árboles de Navidad por los alemanes.

Al poco rato, llegó otra escuadrilla, que se encargaría de marcar con bengalas las zonas que debían de ser bombardeadas. Hacia las 21.50 sonaron las alarmas antiaéreas y los habitantes de Dresde se dirigieron corriendo hacia los sótanos de sus viviendas o a los escasos búnkers que estaban operativos. En tan solo 8 minutos, los bombarderos soltaron su tremenda carga.

Las bombas Blockbuster destruyeron todos los tejados, puertas y ventanas, creando una corriente de aire que alimentó los incendios que se propagaron por la ciudad, provocado por las bombas incendiarias. La segunda oleada de ataques se inició a la 1.23 de la madrugada, sin electricidad, las sirenas se tuvieron que manipular de forma manual. A esa hora, el incendio de la ciudad era tan pavoroso que podía verse a 100 kilómetros de distancia.

La columna de humo se levantaba a más de 4.500 metros. Las operaciones de extinción tuvieron que ser paralizadas y las altas temperaturas llegaron a derretir el vidrio y el metal.

Los habitantes de la ciudad murieron calcinadas, a causa de un shock térmico y asfixiados en los refugios, por culpa de los gastos de la combustión o por la falta de oxígeno.

Aún así, hubo una tercera oleada de aviones. Esta se llamó Plate Rack, compuesta por 254 bombarderos Lancaster cargados con 500 toneladas de material explosivo, incluidas las bombas Blockbuster de 2 toneladas. Estas bombas se llamaban así porque su capacidad de destruir una manzana de edificios era tremenda. Bueno, pues esta oleada sobrevoló Dresselde para caer sobre ellas toda su carga mortal, lo que terminó de destruir y dejar cascotes los pocos edificios que quedaban en pie. En Extracción Central, la barbarie superó todo lo que se podía imaginar.

Los refugiados se apiñaban en vagones de carga, otros atestaban los pasillos y los túneles de . Dos trenes acababan de llegar de Collingswood con cientos de niños que habían sido evacuados del este y ahora volvían a ser evacuados para salvarse del ejército rojo que se estaba acercando.

Con las primeras bombas incendiaban la ciudad.