La Base 5x102 | La Guerra: la verdad del Capitalismo 1k25c

Queremos una fuerza pacífica, por esta razón, hoy voy a presentar a los líderes ese plan de rearme de Europa.

Un plan de rearme de Europa que proporciona hasta 800.000 millones de euros para inversiones en defensa.

Y da espacio fiscal a los Estados para invertir en defensa.

Da también a los Estados la posibilidad de invertir en la industria de defensa de Ucrania o comprar capacidades militares que vayan directamente a Ucrania.

Esto va en el beneficio de rearmar a Europa, rearmar a la Unión Europea, pero también rearmar a Ucrania.

Estamos decididamente a favor de la paz y en contra de la guerra, pero si los imperialistas insisten en iniciar otra guerra, no debemos tener miedo.

Si los imperialistas persisten en desencadenar una tercera guerra mundial, cientos de millones de personas se pasarán al bando del socialismo, incluso es posible que el sistema imperialista se derrumbe.

Esto decía Mao Zedong, eran otros tiempos.

Bueno, el caso es que dice Maurizio Lazzarato en un artículo muy potente en Diario Red que estamos desprovistos de preparación teórica para la realidad de la guerra y menos aún para considerar analíticamente sus causas, sus razones y las posibilidades que abre.

El pensamiento crítico occidental nos ha dejado indefensos para pensar lo que significa la guerra.

Esto nos dice Maurizio Lazzarato.

Para entender políticamente lo que significa el régimen de guerra en el que habitamos, Lazzarato nos propone trabajar con dos conceptos fundamentales, imperialismo y monopolio.

Estos dos conceptos son claves para comprender en qué se han convertido el capital, el Estado, la relación entre ambos y las posibilidades para la propia acción política. Vamos con ello.

El actual imperialismo ya no desarrolla conflictos interimperialistas entre los Estados de lo que podríamos llamar Norte Global, sino que está en guerra permanente con el Sur Global, porque el desarrollo del subdesarrollo impuesto a los países del Sur Global es básicamente la condición de la acumulación del Norte Global.

La contradicción principal se verifica así entre el centro y la periferia.

El enfrentamiento económico-político entre el G7 y los BRICS y el enfrentamiento militar contra el proletariado del Sur Global, ejemplificado por el genocidio palestino, vendrían a ser la confirmación de este planteamiento.

Bueno, esto en cuanto al imperialismo, pero ¿y los monopolios? Desde la crisis del 2008 se ha verificado una nueva centralización monopolista inimaginable para el clásico monopolio industrial.

Un número muy reducido de fondos de pensiones y de fondos de inversión recogen el ahorro estadounidense, europeo y mundial y lo invierten en deuda estadounidense o en activos financieros.

Son los monopolios los que fijan los precios y no el mercado, ya que son ellos quienes deciden las pólizas de los asegurados.

El nuevo imperialismo produce a sí mismo una diferenciación entre los estados.

Mientras unos fortalecen su soberanía, su poder económico y su poder militar, dominando grandes espacios, pensemos en Estados Unidos, en China y en Rusia, otros, como los estados europeos, tienen una soberanía más limitada que está a las órdenes de Estados Unidos.

Lo que se ha impuesto desde la caída del muro de Berlín es la soberanía unilateral de los Estados Unidos sobre los estados con soberanía limitada como son los europeos.

Basta que una guerra, que no es más que una decisión política, sabotee un gaseoducto como el de Nord Stream 2 para que toda la economía europea empiece a tambalearse.

Basta imponer sanciones o aranceles, otra decisión política, para que toda una población pase hambre o muera.

¿Quién es el soberano que decide la situación de guerra en la que estamos inmersos? El soberano está constituido por una serie de centros de poder que se coordinan, chocan e incluso se oponen entre sí y que toman decisiones existenciales para los Estados Unidos.

¿Cuáles son estos centros? Vamos a señalarlos.

En primer lugar, el Estado Federal, donde los representantes electos cuentan tanto como los funcionarios del Estado Profundo.

En segundo lugar, la Reserva Federal, que controla el dólar, la forma de producción más importante del imperialismo estadounidense.

En tercer lugar, los monopolios industriales, tecnológicos y financieros estadounidenses que gestionan un volumen de liquidez impresionante.

Con la guerra descubrimos siempre que las finanzas, igual que la moneda, tienen nacionalidad.

Después vendría el Pentágono, sin cuya fuerza no hay orden político ni monetario.

Después, Wall Street, que maneja los hilos de los mercados bursátiles, es decir, los hilos de la depredación global.

Incluso en tercer lugar, el Estado Federal.