
Azafata Privada: Las Extravagancias de los Jeques, Viajar por el Mundo y sus Mejores Anécdotas 5j2539
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Hoy entrevistamos a una azafata de aviones privados. Hablamos sobre como es trabajar con los clientes más exigentes, las peticiones más extravagantes que ha recibido, los destinos increíbles que ha visitado y las anécdotas más sorprendentes de su carrera. ¿Quieres Tener tu Propio Podcast? Contáctanos 👉🏼 https://srwolf.es/ s5z1a
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Pocas cosas hay más fascinantes que la capacidad de conocer mundos lejanos al nuestro, pero que están aquí al lado. Hoy tenemos una persona que es posible que nos traslade a alguno de esos universos, siquiera una de sus parcelas. Sara Arbas, ¿qué tal, cómo estás? Buenos días, Juan Ramón. Tú eres azafata de vuelos, de cabina, en vuelos privados. Correcto, eso es, en jet privado. En jet privado, o sea que tú conoces a gente que tiene dinero para permitirse esas cosas.
Efectivamente, o que en su defecto tienen en propiedad ya el propio avión, ya no sólo que viajan en el jet, sino que lo tienen como tú tienes tu vehículo, o yo mi bicicleta. Yo estaba pensando, fíjate, pobre de mí, en que alguien puede permitirse pagar un viaje en un jet privado, pero claro, hay mucha gente que tiene su propio jet y tiene su tripulación. Efectivamente, su tripulación fija, con sus cocineros fijos, efectivamente.
Y todo eso lo pagan ellos, pagan el avión, pagan el mantenimiento, pagan... Todo va a cargo de ellos, eso es. Bueno, vamos a ver, vamos a ir por partes. ¿Tú has estado en alguno de esos equipos privados de una persona con mucho dinero? Sí, he estado. ¿Y qué tal, cómo fue la experiencia? Una experiencia maravillosa, que no cambiaría por nada. Aprendí mucho de lo que es el poder y cómo se gestiona el poder y qué capacidad tienes para llegar a ciertos lugares.
Y bueno, pues es un mundo realmente interesante y, sobre todo, a nivel psicológico, ¿no? Cómo podemos cambiar las personas en función del status quo que ocupemos en la sociedad, el rol que estamos ocupando. Tú ves que la gente que tiene la capacidad de permitirse un avión y una tripulación es gente, no sé si empleará el término, pero distinta al común de los mortales, aunque paseemos por las mismas calles y vistamos ropa y comamos lo mismo.
Efectivamente. No es así, quizá no pasemos por las mismas calles, pero que seamos humanos. Eso es, eso es. Sé que es cierto que el perfil del rico o el millonario, ¿no? Lo tenemos un poco demonizado de decir, uy, esta gente ¿quién es, no? ¿Por dónde se mueve? Y es verdad que cuando tú estás dentro y conoces un poco el ambiente y el entorno, son gente como tú y como yo, pero bien es cierto que igual a ti se te antoja una hamburguesa y te la comes y a esta gente pues se le puede antojar un caviar específico de un mar determinado, ¿no? Entonces es en este tipo de detalles donde se ve la diferencia entre tú y yo y el resto. Que no son pequeños esos detalles. No, no son pequeños. ¿Cuánto tiempo llevas trabajando en este rincón de la aviación? Bueno, yo en la aviación empecé hace diez años. Era una aviación comercial privada también.
Esto que quiere decir que no es un propietario del avión, sino que gente con poder adquisitivo necesita llenar un avión con una capacidad, por ejemplo, de 312 plazas, a pesar de que esas plazas no se vayan a usar, a ser utilizadas, pero que lo necesita, por ejemplo, yo recuerdo un vuelo con jeques árabes que necesitaban 312 plazas para llevar a sus halcones a bordo, por ejemplo, ¿no? ¿Perdón? Sí, halcones a bordo. O sea, ¿contratas un avión de 300 plazas para ir tú, tu familia, tus amigos y tus halcones? Cada uno en un sitio.
Efectivamente, cada halcón ocupaba un sitio determinado. Nosotros tuvimos que forrar todos los asientos con unas telas de plástico, digamos. Sí, porque no saben ir al baño. Efectivamente, los halcones todavía no. Y bueno, pues fue un vuelo cuanto menos sorprendente, ¿no? Claro, perdóname, ¿y tú a quién atiendes? ¿Atiendes a los pasajeros bípedos, pero también tienes que atender a los halcones? No, los halcones llevaban una persona que estaba a cargo de cada halcón y que se encargaban de darle la comida específica al halcón determinado, al halcón que tenían asignado, y nosotros nos encargamos de darle el servicio de los humanos. Vale, ¿y cómo era? ¿Qué les daba de comer? ¿Se quedaban quietecitos en el asiento o estaban atados al asiento? No, se quedaban quietos en el asiento.
En el despegue y en el aterrizaje, pues como son momentos críticos del vuelo, vamos a decirlo así, pues estaba el cuidador agarrando al propio halcón. El halcón no se movía. Son bichitos bastante educados, la verdad que sí. Se portaban súper bien. Y bueno, pues llevábamos unas palomas a bordo que el cuidador le entregaba al halcón. ¿Unas palomas vivas? Palomas disecadas que se le daba al halcón, porque si no, claro, sería una locura soltar una paloma y que eso empezara a volar por todo el avión. Podría comprometer a la seguridad. Palomas que no estaban... O sea, palomas disecadas, pero no se las comían, nada. Estaban disecados, eran muñecos...
No, era una paloma real, pero la paloma se entrega, que pues está disfruta la pobre paloma y se le entrega al halcón.
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