Aunque no nos de para pagar una entrada. Taurinetes, lo sentimos: hemos vuelto! 3v1a5j

Damas y caballeros, bienvenidos al funeral de la tauromaquia. Aquí no hay ni gloria, ni épica, ni emoción. Sólo un desfile de caraduras que llevan años vendiéndonos la misma burra vieja maquillada con cuatro filtros de Instagram, toreros de etiqueta que entrenan más la sonrisa que la muleta, empresarios que nos tratan como cajeros automáticos y plazas que son templos pero de la especulación.

Madrid, la catedral del toreo o mejor dicho, el centro comercial de la tauromaquia. Subida de precios en tres años que ni la cocaína en Wall Street. Y aquí ya no se vende una entrada, se vende una hipoteca. 100 euros por una tarde de figuras repetidas hasta la náusea, toros más previsibles que un partido amañado y un público dividido entre turistas despistados y aficionados que sólo van para indignarse. Las ventas, donde cada paseillo es un atraco a mano armada.

Valencia, la plaza fantasma. ¡Ay, Valencia! La plaza que estará cerrada todo el año por obras. Porque claro, lo prioritario no era recuperar la feria de julio, ni traer ganaderías de verdad, ni incentivar a la afición joven. No, no. Lo importante era cambiar la iluminación. Sí señores, leds de última generación para que el vacío se vea mejor.

Plaza cerrada, toros desaparecidos pero eh, iluminación espectacular para los gatos que la habiten. Y Castellón, el Black Friday del toro. Ay Castellón, tierra de oportunidades. Si en Madrid la feria es un robo y en Valencia un apagón, aquí tenemos la liquidación total. Toros de saldo, toreros reciclados, carteles con más mediocridad que un casting de reality show.

Es la feria hacendado de la tauromaquia, donde los toros dan más lástima que miedo. La gran apuesta de la provincia, la vanguardia del espectáculo, la nada envuelta en papel de regalo. En conclusión, que nos quieren vender que la afición no importa, que la tauromaquia es un producto y nosotros consumidores pasivos. Nos quieren imponer un circo sin emoción, un teatro sin alma, un cartel sin historia.

Pero esto no es un show de variedades, estos son toros. Y si, sin verdad, sin toro y sin riesgo, lo único que queda es un parque temático donde sólo falta a Mickey Mouse saltando petardos. Nos toman por idiotas, nos suben los precios, nos ningunean, pero cuidado, porque cuando el último aficionado apague la luz, ni lech, ni entradas VIP, ni marketing os van a salvar del desastre.

Pero bueno, menos mal que aquí en Podcast de Toros seguimos con nuestra esencia, libres, auténticos y sobre todo baratos, porque aquí no hay entradas, pero tampoco sueldos. Bienvenidos a la sexta temporada de Podcast de Toros.

Esto es Podcast de Toros, no somos nadie.

Dicen que cada gran obra tiene sus pilares, que cada leyenda necesita sus protagonistas. Y en Podcast de Toros ellos son los que hacen que este programa sea lo que es. Los irrepetibles, los inimitables, nuestros colaboradores. En primer lugar, un hombre que ha hecho de los micrófonos su casa, que no se conforma con un solo programa, ni con dos, ni con tres.

s se ha convertido en el colaborador más solicitado de la radio taurina y gratis. Va de podcast en podcast sin mencionar nunca de dónde viene, como si le diera vergüenza. Pero tranquilo, s, aquí te queremos aunque nos escondas. Bienvenido a la sexta temporada de Podcast de Toros, s del Castillo. Hola, buenas, sí, es cierto, me he acostumbrado a ir por el túnel de los podcast y mira, como voy barato, pues me fichan en muchos, me fichan en muchos.

Muchísimos. Igual me dejo este, así tengo más tiempo.

En segundo lugar, bueno, si te quieres ir aquí, me recomiendo.