Los audio relatos de Proyecto Terror ☞ “El monte de las ánimas” de Gustavo Adolfo Bécquer 6q40e

Os presentamos historias asombrosos extraordinarios estremecedoras experiencia este es el fantástico de la noche en la noche de difuntos me despertó no sé qué hora el doble de las campanas teñido monótono eterno me trajo las simientes esta tradición que a intentar dormir de nuevo imposible una visa dijo nada la imaginación es un caballo que se desboca al que nos sirve tirarle de la por pasar el rato me decidí a escribirla con manifestó hice yo la vi en el mismo lugar en que aconteció y la escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo cuando sentía crujir los cristales de mi balcón estremecida es para el aire frío de la noche se ha de ello lo que quiera iba como el caballo de copas ataque los perros hacer la señal con más trombas para que se reúnan los cazadores y demos la vuelta a la ciudad la noche se acerca es el día de todos los santos y estamos en el monte de las ánimas como tan pronto no ser otro día no dejará yo de concluir con es el rebaño del logos de las nieves del moncayo rosado de sus madrigueras pero hoy es imposible dentro de poco su nueva la oración en los templarios y las ánimas de los difuntos comenzarán a tener su campana en la capilla del monte en esta capilla ruinosa baja todo lo que quieres es asustarme no hermoso tu ignoras cuando sucede en este país porque aún no hace un año que has venido a él desde muy lejos refrenda tu yegua yo también pondré la mía el paso y mientras dure el camino te contaré la historia ese monte que hoy llaman de las ánimas pertenecía a los templarios eran guerreros y religiosos a la vez conquistada soriano los árabes el rey les hizo venir de lejanas tierras para defender la ciudad por la parte del puente haciendo en ello notable agravio a los sus nobles de castilla eran solo sabido a defenderla como son la conquistaron entre los caballeros de la nueva y poderosa orden y los galgos de la ciudad fermento por algunos años y estalló al fin un audio profundo los primeros tenían acotado se monte donde reserva bancas abundante para satisfacer sus necesidades y contribuirá a sus placeres los segundos determinado organizar una gran matilda en coto a pesar de las severas prohibiciones de los clérigos con escuelas como llamaban a sus enemigos un diodo la voz del red y nada fue parte a detener a los alumnos en su manía de cazar y a los otros en su empeño de estorbar la proyectada la expedición se llevó la luz se acordaron de ella las piedras grandes la tendrían presente tantas madres cómo rastrear siendo absoluto es por sus hijos aquello no fue una cacería fue una batalla espanto el monte que dos el brazo de cadáveres los logos a quien servicios termina tuvieron sangrientas estén por último intervino la autoridad del rey el monte maldita ocasión de tantas desgracias se declaró la cartilla de los reliquias se sitúan en el mismo monte el debate dos amigos y enemigos el buenas desde entonces dicen que cuando llega la noche delincuentes se oye doblar sola la campana de la capilla y que las ánimas de los muertos envueltas en jirones de sus salarios corren como una cacería fantástica por entre las previas los fierros para en pantalla las culebras silbidos y al otro día se han visto empresas en la nieve huellas de los carne a los pies de los esqueletos por eso el soria lo llamamos el monte de las salidas y por eso he querido salir de él antes de que cierren la relación de alonso concluyó justamente cuando los dos jóvenes llegaban al extremo del puente que dan paso la ciudad por aquel lado hay esperar al resto de la comitiva la cual después de incorporarse los dos jinetes se perdió para entre las estrechas y oscuras calles de soria los servidores acababan de levantar los manteles la alta chimenea gótica del palacio de los cuales curiel despedía un vivo resplandor iluminando algunos grupos de damas y caballeros alrededor de la lumbre conversaban familiarmente y flotaba los empleados vidrios de la bandas sólo dos personas parecían ajenas a la conversación general beatriz de alonso beatriz ella con los ojos absorta en un tapón pensamiento los caprichos de la llama al miraba el reflejo de la hoguera chispea las azules pupilas de beatriz ambas guardaban hacia las dueñas referían a propósito de la noche de difuntos cuentas temerosos sin que los expertos y desaparecido presentaban alta