Audio del programa La Herreria Nº 886 del 5/4/2025 junto a Jose Saluzzi 455h4

La herrería, lo mejor de la música nacional y de todo el mundo, con el recuerdo permanente de Nano Herrera, un grande de la radio argentina.

Conducción Claudio Parisi y Néstor Rodríguez.

La herrería, para que aquella vieja magia no se pierda.

Muy buenas noches, aquí comienza La herrería, este programa de homenaje al querido Nano Herrera y hoy un programa super interesante.

Hablando de Nano Herrera, creo que Nano debe haber tenido a Upa, a nuestro invitado de hoy, seguramente, muy amigo de la familia.

Estamos con José Saluz. José, ¿cómo estás? ¿Cómo estás Claudio? Un gustazo.

¿Te estuvo a Upa Nano? Y es muy posible.

Yo lo conozco de chiquitito.

Me acuerdo, en el año...

Bueno, yo nací en el 75.

¿En qué barrio? Acá, en la avenida Porreón y Peña.

Ah, mirá.

Soy del barrio.

Nunca estuve fijo acá, pero bueno, nací acá.

Me acuerdo que en el año 79 habrá sido, 80, que vino Bill Evans.

79.

Yo tenía cuatro años.

Con Mark Johnson.

Y me acuerdo de Nano, que era una cosa que se veía grande.

Bueno, ahí te debe haber tenido a Upa.

Sí.

Qué grande.

No, no, mortal, mortal.

Che, un gustazo estar contigo y hablar.

Una alegría.

Siempre para los músicos es lindo y placentero, hablar con gente así como vos que entiende música y se puede hablar y discernir ideas, ¿no? Te agradezco mucho.

Pero bueno, vamos a arrancar un poco con tu historia.

La guitarra no fue tu primer instrumento.

No, no, no.

Yo desde muy chiquitito empecé con la batería.

¿Qué te sedujo de la batería? Lo que pasa es que la batería...

Me imagino que en tu casa habría todo tipo de instrumentos.

No, sí.

Lo que pasa es que, por ejemplo, mi hermana estaba de novia con mi cuñado, que es baterista.

Y su hermano, que es un poquito más grande que yo, tocaba la batería ya de chiquitito.

Entonces, en ese mundo es como que...

Y después los bateros que tocaba con mi papá, que fueron casi todos, una generación que todos tocaron con él.

Y me encantaba.

Y de chiquito me gustaba el Hombre Gato de Kiss, que tocaba la batería, jugando.

Y así empecé, jugando, jugando, jugando, a los tres, cuatro años.

Y nada, bueno, empecé a tocar.

Mi papá me compró la batería, que aún no hoy la tengo.

¿La tenés todavía? ¿Qué es la batería? Sí, sí, sí, una batería Rogen americana, que ya no se hace más, obviamente.

Me la compró cuando tenía siete años.

Y bueno, después empecé a tocar solo, así autodidacta.

Intentaba tocar un poco la música de mi papá.

Después mi papá me llevó a estudiar con un maestro de batería y de tambor, un pedagogo muy importante que hubo acá, que fue el Icari.

Y bueno, paralelamente también en ese momento mi papá empezaba a enseñar música, a leer los ritmos, a leer las notas.

Y así empecé, jugando.

Fue tu primer maestro tu viejo, ¿no? Sí, sí, sí, claro.

Todo lo que sé lo aprendí de él.

Tuve la suerte de conocer otros músicos que eran maestros también.

Pero él fue como el mentor también.

Sí, seguro, seguro.

Aparte, qué maestro, ¿no? Sí, sí, sí.

Nada más y nada menos que Dino Salucci.

Bueno, ayer hacíamos una nota también para, no recuerdo qué medio, el otro medio, y yo les decía algo que es cierto.

Yo, musicalmente hablando, nací en medio de una cuna de oro, ¿viste? Sí, sí.

Y eso en algún punto te da algunas ventajas.

Ventajas que, bueno, que uno también, a medida que va madurando, debe entender también, ¿no? Sí.

De qué se trata y cómo es, ¿no? Entonces, era indudable que me iba a dedicar a la música, ¿no? Profesionalmente, digo, y que mi vida iba a estar volcada a eso.

Pero, ¿viste? Son cosas que nacen o no nacen, no sé.

Yo, por ejemplo, bueno, yo tengo mis hermanas, les encanta la música, pero...