7x20 - Secretos de la Guerra Fría: Proyecto Azorian | La Cueva del Ermitaño 3251w

Bienvenido a la Cueva del Hermitaño.

Muy buenas a todos, muy buenas a todas y bienvenidos, bienvenidas a la Cueva del Hermitaño.

Hoy vamos a adentrarnos en uno de los proyectos más secretos y fascinantes de la Guerra Fría.

Un proyecto que implicó no solo espionaje, sino tecnología avanzada, conspiraciones y hasta elementos que han sido clasificados por décadas.

Hablamos del Proyecto Azorean.

Pero más allá de los hechos conocidos, hoy exploraremos las crónicas ocultas que rodean este operativo, aquellas partes de la historia que nunca han salido a la luz o que se han ocultado intencionadamente.

A lo largo de este episodio, vamos a descubrir la historia que el Gobierno de los Estados Unidos no quiere que sepamos, las implicaciones que este proyecto tuvo para la guerra submarina y el impacto que tuvo en las relaciones internacionales.

Pero sobre todo, vamos a analizar lo que se dejó fuera de las versiones oficiales y lo que aún hoy sigue siendo un misterio.

Todo comenzó en 1968, el 8 de enero de ese mismo año.

El submarino nuclear soviético K-129 se hundió en el Océano Pacífico.

Este submarino llevaba a bordo una carga valiosísima y extremadamente confidencial para la Unión Soviética.

Misiles nucleares y, según algunas teorías, una posible tecnología avanzada que los soviéticos estaban desarrollando en secreto.

La causa de su hundimiento, aunque oficialmente nunca fue confirmada, se ha atribuido a una explosión interna o a un fallo catastrófico en su sistema de propulsión.

El K-129 fue localizado a más de 4.500 metros de profundidad, lo que hacía cualquier intento de recuperación extremadamente difícil.

Para la Unión Soviética, perder un submarino de ese calibre significaba no sólo una gran tragedia humana, sino también un golpe significativo a su tecnología militar.

Pero para Estados Unidos, la oportunidad era muy tentadora.

Si podían recuperar ese submarino y sus secretos, podrían obtener a información vital sobre las capacidades de la flota soviética y, tal vez, incluso a sus avances nucleares.

Y aquí es donde entra el Proyecto Azorian.

La respuesta de la CIA fue, como siempre en estos casos, completamente secreta.

Un equipo de expertos de la CIA y la industria privada fue convocado a crear una operación sin precedentes.

El plan era diseñar y construir un barco que pudiera sumergirse hasta esa profundidad y recuperar el K-129.

A este proyecto se le dio el nombre de Proyecto Azorian.

Para la ejecución de esta operación, la CIA recurrió a Howard Hughes, el excéntrico multimillonario conocido por su trabajo en la aviación, entre otras industrias.

Hughes, que en ese momento ya tenía una gran experiencia en proyectos de alta tecnología y defensa, fue convencido para financiar la construcción de un barco especial, el Glomar Explorer.

Este no sería un barco común y corriente, sería un gigante de la ingeniería marina.

Estaba diseñado específicamente para recuperar objetos del fondo del mar.

Y su principal tarea sería, por supuesto, el K-129.

El Glomar Explorer no sólo era un barco de investigación, era una máquina de guerra enmascarada bajo la fachada de un proyecto civil.

Con el tiempo, muchos especularon sobre las verdaderas intenciones del proyecto.

Mientras tanto, la CIA mantuvo el secretismo más absoluto, y fue así como el Glomar Explorer fue construido en Astilleros de Los Ángeles, en California, en un proceso que tomó varios años.

En 1974, el Glomar Explorer estaba listo para su primera misión.

La operación comenzó en el Océano Pacífico, cerca de las Islas Midway, en un área de aguas profundas donde el K-129 había sido localizado.

El plan era usar un sistema de cables y una grúa especial para levantar el submarino desde el fondo del océano, un proceso que muchos expertos consideraban casi imposible.

Lo que ocurrió a continuación fue un juego de tensiones y de ocultamientos.

Mientras la operación avanzaba, el gobierno de Estados Unidos seguía asegurando públicamente que el Glomar Explorer estaba allí para llevar a cabo investigaciones minerales en el fondo marino.

Esto, por supuesto, era sólo una tapardera para cubrir la verdadera misión.

En la primavera de 1974, el Glomar Explorer finalmente fue construido.