32 - Las primeras comunidades cristianas en la Hispania Romana (Ciclo Hispano II) 4p1r1p

Muy buenas, queridos oyentes, y sed bienvenidos en una nueva ocasión a Café Despertar.

Yo soy el de siempre, Yago Cabrera Pérez, y os invito a acomodaros porque hoy tenemos el segundo episodio de esta serie que creé llamada Ciclo Hispano, donde busco transmitir una serie de ideas de valores asociados a España y la dimensión espiritual del hecho de la historia de la filosofía de España. Y bueno, tengo bastantes episodios preparados de esta serie, bastantes ideas consideradas, más autores a los que voy a explorar, a los que vamos a analizar, pero el otro día, para mi máster de herencia cultural hispánica, para la asignatura de visiones y os interculturales, desarrollé un trabajo que me gustó muchísimo, un trabajo académico titulado Las primeras comunidades cristianas en la Hispania romana.

Y entonces me apetecía adaptar este trabajo a un podcast porque se amolda muy bien a lo que es la idea del ciclo hispano. Por lo tanto, hoy voy a hablar precisamente de este tema, ya que es una idea muy interesante, cómo España también se forja mediante la mezcla entre las dos ideas del cristianismo y de la romanización. Entonces, cómo están vinculadas entre ellas.

Porque hoy en día nos es imposible concebir España sin el cristianismo, así como no se puede concebir el cristianismo sin el impulso, el apoyo y su defensa por parte de España, que España a lo largo de los siglos se convirtió en el bastión del catolicismo. Sin embargo, para llegar a esos puntos también habría que comprender cómo se asentó el cristianismo en nuestro país y qué factores influyeron especialmente para su consolidación. Por lo tanto, de esto vamos a hablar en este podcast.

Que eso sí, vamos a hacer una pequeña aclaración, que es que voy a hablar en este caso de cristianismo y no de catolicismo, ya que este último concepto hace alusión a la rama occidental de la religión y nace en el siglo undécimo tras el cisma de oriente. Y por supuesto también que hace que nazca la iglesia ortodoxa, así como el sector religioso papal, que es el que nos estamos refiriendo, es el que sale después de las escisiones protestantes en la edad moderna. Hablar de otro término que no sea cristianismo se trataría más bien de un anacronismo, por lo tanto aquí vamos a hablar de cristianismo, no de catolicismo, si bien, bueno, a día de hoy es el catolicismo, esa rama del cristianismo la que representa España.

Voy a explorar las características de las primeras comunidades cristianas en la Hispania romana, así como su proceso de evangelización y consolidación institucional, porque esto es una pasada, porque entre la muerte de Cristo alrededor del año 34 hasta la proclamación del Edicto de Tolerancia de Serdica del año 313, que permitió la procesión del cristianismo y su posterior consolidación como religión oficial del imperio romano por parte del emperador Teodosio I, la religión cristiana se trataba de un culto que estaba en proceso de crecimiento y asimilación por parte de pequeñas comunidades que actuaban de una forma extraoficial.

Entonces la pregunta que nos hacemos es, ¿cómo es posible que un sistema religioso que se hubiera iniciado en el lejano territorio de Judea y que estaba centrado en la figura de un hombre que estaba condenado a muerte por el que era el poder legítimo romano, cómo es posible que acabase siendo considerado tan romano como el propio Augusto? El caso de Hispania pues resulta muy interesante desde el punto de vista precisamente de las visiones y os interculturales, que es la asignatura de la que hice este trabajo, ya que se trata de la concatenación de las características de la península ibérica con las de esta región iniciada en una región muy lejana y diferente y con las del propio imperio romano.

Tenemos ahí tres elementos culturales que se mezclan, el de la península ibérica del momento, el de imperio romano y el de esa región lejana y diferente que era Judea. Ahora bien, antes de indagar con profundidad en este tema, en el cristianismo hispano, hay que comprender un poco la rápida asimilación de esta religión en lo ancho de todo el imperio, del este al oeste. Según explica Joseph Lord, hay muy poca información sobre su propagación más inmediata, poquísima, pero se entiende que uno de los principales factores de este fenómeno fue sobre todo el martirio de numerosos fieles.

Y Lord cita a Tertuliano, padre de la iglesia, y dice que la sangre de los cristianos era una semilla para profesar esa fe. En esta misma línea, Manuel Soto Mayor detecta tres circunstancias que favorecieron la veloz expansión del cristianismo dentro de los límites del imperio que ajustició a su dios. Y estas tres circunstancias son las persecuciones religiosas, precisamente, lo que estábamos hablando. En segundo lugar, la curiosidad natural de la población, en una época de insatisfacción política, y también,