3. Dejar ir y la historia de mi gorrión 4z4b5v

Bienvenidos a un beso en la taza soy olga paraíso y hoy quiero hablarte de una bonita historia el lazo invisible entre dos vidas hay momentos en la vida que llegan sin esperarlos pero que transforman por completo nuestra manera de ver el mundo uno de esos momentos me ocurrió en un caluroso día de agosto bajo un sol abrasador que parecía no dar tregua caminaba hacia casa cuando algo pequeño llamó mi atención en el suelo no era un gorrión apenas un bebé tan diminuto y frágil sin apenas plumas que parecía imposible que hubiera llegado tan lejos me detuve observándolo detenidamente dónde estaba su madre mire alrededor miré hacia arriba miré hacia abajo buscando algún indicio de su nido pero no había señales allí estaba solo bajo un calor que rozaba los cuarenta y dos grados algo en mí no pudo dejarlo ahí me agaché con cuidado lo tomé entre las manos y sentí lo delicado que era apenas respiraba estaba jadeando y el pico completamente abierto en ese momento lo único que tenía era una pequeña botella de agua en mi bolso así que con mucho cuidado acerque unas gol tas a mi boca y hacer que algo rinconcito a mi boca debió con esa confianza instintiva que tienen los animales cuando saben que están a salvo no prenda vamos estaba ya muy cerca de casa estaba ansiosa por llegar que notara que estaba salvo conmigo y que no le iba a hacer ningún daño por completo al llegar decidí darle un lugar especial use una cajita de cartón como su nuevo refugio ramitas que había recogido por el camino para que tuviera un entorno que les recordara al suyo le preparé agua fresca y comencé a buscar como alimentarlos y queriendo darle calor y lo mejor para que recuperara fuerzas con los días ese pequeño gorrión comenzó a formar parte de mi vida lo colme y lo llene de mimos y eso se transformó en confianza mutua no tardé en darme cuenta de que era una hembra y la llamé ahorita sin embargo noté que sus alas no crecían del todo bien y que perdía muchas plumas así que fui a buscar vitaminas haciendo todo lo posible para fortalecerla había algo mágico en nuestra conexión su presencia en casa sus pequeños saltitos sus pío pío y la manera en que se quedaba quieta cuando le hablaba dormía en mis manos jugaba a esconderse creamos un vínculo que iba más allá de las palabras amor del bueno ella no solo estaba aprendiendo a confiar sino que también me estaba enseñando algo valioso la paciencia la entrega desinteresada y ese extraño poder que tienen los animales para hacernos sentir más humanos con el tiempo sus alas finalmente crecieron fuertes y llenas de vida el día que decidí soltarla fue uno de los más difíciles y hermosos a la vez me acerqué al balcón me senté junto a ella me miraba y esperé al principio dudó como si no quisiera irse luego dio un pequeño salto hacia la barandilla extendió sus alas y voló sentí una mezcla de orgullo y vacío en mi pecho era el momento de dejarla ir porque era lo correcto aquella tarde recuerdo que estuve todo el tiempo en la ventana mirando por si volvía y volvió dentro volando directamente y no quiso volver a salir durmió en casa al día siguiente hicimos la misma operación todas las tardes salía a volar y