198. Qué comer en días calurosos | Álvaro Vargas p345y

A comer se aprende con Álvaro Vargas.

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Bienvenidos y bienvenidas y muchísimas gracias por estar ahí como nuevos.

Sí, guay con el reto. Creo que no lo voy a conseguir, que van a ser 199.

Voy a llegar al episodio 199, no al 200.

Pero mira, esta semana, de domingo a domingo, yo creo que en total vais a tener como 4 episodios.

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Lo dejaré, como siempre, en la descripción del episodio.

Venga, vamos con el tema que ya ha venido este calor abrasador, que yo creo que se irá un poquito y luego volverá.

Pero ha venido así con fuerza para ser todavía mayo.

Bueno, ya terminando el mes de mayo.

Vamos a ver este tema de que comer en un día caluroso, romper algunos mitos.

Y justo eso, vamos a empezar con uno de los mitos.

Que dice, en días de calor, en verano en general, no hay que comer caliente.

Esto caló muchísimo, muchísimo, sobre todo este mito en los años 90, que estuvo tan de moda la dieta macrobiótica, que decía, o que dice que, en verano alimentos fríos, en invierno alimentos calientes o platos calientes.

No tiene ninguna base científica todo esto, más allá de que sea normal, de que en verano nos apetezca algo un poquito más fresquito.

Pero nuestro estómago está más que preparado para comerte un helado en invierno y una sopa en verano.

No hay problema por eso, ni afectará a tu organismo, ni muchísimo menos.

¿Y por qué es un mito? Pues porque el estómago, sea verano o invierno, tiene una temperatura similar.

Y así debe ser, debe mantener una temperatura constante a lo largo de todo el año para mantener el equilibrio homeostático, que hacía muchísimo que no saliera esta expresión en el podcast, pero que ha hablado mucho de esto.

Al final nuestro organismo, en todo lo que hace en todas sus tareas, debe mantener un equilibrio.

No existe esto de, el estómago está frío en invierno, está caliente en verano.

No, la temperatura debe ser regular durante todo el año y nuestro organismo se esfuerza muchísimo, muchísimo, muchísimo para que esto sea así, para que esa temperatura se mantenga constante.

Tampoco es cierto eso que se dice que es mejor el lado extremo.

No es mejor comer caliente en verano porque así sudamos y echamos el calor fuera.

Puede tener algo de cierto en un principio, y sí que cuando sudamos se baja un poco la temperatura de nuestro organismo, pero será algo momentáneo.

Comemos una sopa de cocido bien calientita, sudamos mucho.

Parece que sí que puede en un principio que baje la temperatura corporal.

Primero sudamos y después notamos el salivio, como si bajara la temperatura corporal, pero bueno, es algo anecdótico y que tampoco es muy, muy relevante.

Por lo tanto, si en verano te apetece comer caliente, come caliente.

Es cierto que de forma general nos apetece menos, pero bueno, si te apetece un guisito de legumbres, pues pa'lante y bienvenido.

O sea, nuestro estómago y nuestro organismo puede con eso perfectamente.

¿Qué cambios se producen con la llegada del calor en nuestro organismo? Pues todos lo sabemos, ¿no? Aumenta la pérdida de líquidos, sobre todo a través del sudor. Sudamos más.

No pienses solamente en ese sudor que vemos, que nos caen las gotas, que corren por la piel esas gotas de sudor después de hacer ejercicio, un esfuerzo por estar al sol. No, no solamente pienses en ese sudor, sino que continuamente estamos expulsando sudor, aunque no lo veamos, aunque no lo notemos, pero es vital que ese sudor esté ahí para que la piel se mantenga hidratada, jugosa, que no se seque nuestra piel.

Pues hay agüita siempre en la superficie, aunque a nosotros parezca que no lo notamos o directamente no lo notamos.

Y es cierto que con el sudor sudamos más.

Básicamente, porque una de las funciones de ese sudor es regular nuestra temperatura interior.

Si hace más calor, puede subir esa temperatura interior, y para que no lo haga, para mantener el equilibrio homeostático, para tener la temperatura estable, pues expulsamos más sudor.

Es un regulador térmico el sudor. Por lo tanto, hay que reponer ese regulador térmico.