13. Femme Fatale, ¿Quién eres tú? g5l6a

Hoy, con un beso en la taza, quiero llevarte al cine. No a la butaca de siempre, sino al centro mismo de la historia, donde los personajes se transforman en parte de nosotros. Y quiero hablarte de un tipo de personaje que siempre me ha fascinado, la fam fatal. Cierra los ojos un momento, imagina que estás en blanco y negro, bajo el resplandor de una farola en una noche lluviosa. Un vestido impecable, un cigarrillo en la mano y una mirada que puede desarmar al más audaz.

No necesitas decir nada, porque el mundo ya está orbitando a tu alrededor. Esa eres tú, una mujer fatal. ¿Por qué fascinan tanto estos personajes? Quizás porque encarnan lo que muchas veces se reprime, fuerza, misterio, independencia, pero también vulnerabilidad oculta, bajo una capa de seda y acero. Piensa en personajes como Gilda, con ese movimiento de cabello que es más impactante que cualquier discurso.

O Sharon Stone, en Instinto Básico, que juega con la mente de todos los que la rodean. Esa escena icónica, donde su confianza desarma a todos en la sala. Sigue siendo un ejemplo de cómo una fan fatal no necesita más allá de su inteligencia y su presencia. Ella es calculadora, seductora y, a su manera, completamente libre. Ser una mujer fatal no es solo cuestión de estilo, es cuestión de actitud.

Aquí estoy y no necesitas entenderme para saber que no puedes olvidarme. Ojo con esta declaración. Y no podemos olvidar a Jessica Rabbit, de quién engañó a Roger Rabbit. Aunque sea una película animada, su frase, no soy mala, es que me dibujaron así, encapsula la esencia de muchas mujeres fatales. Personajes juzgados por su exterior, pero que guardan mucho más en su interior.

Otra fan fatal e inolvidable es Barbara Stanwyck, en Perdición. Con solo unas pocas palabras, convence a un hombre de cometer un asesinato. No se trata solo de su belleza, sino de cómo manipular con precisión quirúrgica las emociones de quienes la rodean. Pero, ¿es todo tan sencillo? Detrás de esas miradas y frases afiladas, muchas veces hay una lucha interna.

Son mujeres que se apropian del poder, aunque muchas veces pagan un precio muy alto por ello. En el cine ellas caminan con una banda sonora inolvidable. Pero en la vida real, muchas de nosotras, llevamos una mujer fatal dentro que apenas dejamos salir. Tal vez porque tememos lo que pensarán, o porque hemos aprendido a escondernos detrás de lo correcto.