02 20-05-25 LHDW Charlo con el padre Óscar Lavin sobre los primeros días de León XIV, buenas sensaciones 173o4y

Cada tarde, en Mix FM, la Hora de Walter.

¿Sabéis por qué estoy tan guapo a punto de cumplir 60 años? Todo tiene un porqué y una explicación.

En la vida. A ver, ¿por qué? Al margen de que hago Deporten y Mayen, porque yo descanso con colchones punto es.

Muy importante.

Hay mucha gente que envejece mal porque solo duerme.

Y la clave es dormir y descansar.

Dale media vuelta. Si tú vives 90 años, 30 los has pasado en un colchón.

Yo hago mañana 60 años.

20 años de los 60 que cumplo mañana, un tercio de mi vida, 8 horas al día, los he pasado en el colchón.

Fíjate hasta qué punto gastamos dinero constantemente en nuestra vida, en cosas que no nos aportan muchas de ellas nada, y somos reacios a veces a gastarnos el dinero.

Esto es un absurdo e incomprensible en nuestro descanso.

Y ha venido colchones punto es para romper todos los moldes.

Te dan el mejor precio en tiempo real en España de cualquier producto.

Asesoran de lujo.

Porque hasta ahora eras tú el que iba un día a Ikea y te comprabas el colchón. Que no.

Que dependiendo tu edad, dependiendo tu peso, tu temperatura corporal y las posturas principales que utilizas para dormir, has de elegir un producto u otro.

Nadie asesora como colchones punto es en el primero de mayo en Peña Castillo.

Junto a muebles, madrazo, piénsalo bien, un tercio de tu vida en el colchón merece o no merece la pena hacer caso a los que saben y cambiarle cada 6, 7 años.

En eso estamos, en llegar lejos a cuenta de un buen descanso con colchones punto es.

Bueno, pues yo creo que está feliz, Fernández.

Sí. Nuestro párroco favorito.

Casi nuestro párroco. Sí.

Porque al final yo a la única iglesia que voy, más allá de funerales o entierros, con cierta rutina, es a la iglesia de Revilla de Camargo, donde está la Virgen del Carmen.

Sí, la Virgen del Carmen, además el padre Óscar Lavín es también párroco de Camargo y de Escobedo.

Si no me equivoco.

Voy a ver si le podemos fichar para que esté también en Muriedas y así también me acerco yo más a misa de lo que voy hasta el momento.

Bueno, cuando Francisco I estaba ya muy pachucho y parecía que el hombre no iba a tener recorrido, invitamos un día a esta función de radio, insisto, al padre Óscar, el párroco de Revilla de Camargo, el hombre que Fernández y yo miramos con buenos ojos porque, en cierta medida, es el que protege cada día la Virgen del Carmen.

Hola, padre Óscar, buenas tardes.

Buenas tardes.

El primer día que le llamó Fernández, me acuerdo que dudamos en llamarle, nos costó.

Creo que te lo contamos.

Sí.

Porque estaba grave Francisco I y cuando en el bombardeo de ideas mañanero surgió la posibilidad de llamarte para hablar de que era el final de Francisco y que llegaba un nuevo papa, me acuerdo que cada poco yo le decía a Fernández que el padre Óscar iba a decir, oye, ¿pero qué me lleváis? ¿Para enterrar al papa? Y yo le decía, no sé yo, no sé yo, digo, bueno, tú llámale.

Y le llamó Fernández y me dijo, no, no, que viene encantado.

Yo tuve un cuidado brutal para que no diese en ningún momento la sensación de que estábamos empujando a Francisco I a acompañar al señor en otra vida.

No.

Hablamos un poco de él, hablamos un poco de lo que se avecinaba en la iglesia y hablamos un poco de aquellos que ya se rumoreaba que podían ser sucesor de Francisco I.

Desde que salió León XIV, Robert Francis Prevost, el papa norteamericano, aunque de alma peruana y conocido en la iglesia católica internamente como Roberto, el padre Roberto, ha vivido más de 40 años en Perú y, lógicamente, allí lo de Robert lo convirtieron en Roberto nada más llegar.

Desde que fue elegido papa, no habíamos llamado al padre Óscar.

Y la razón es, sencillamente, que yo le dije a Fernández, oye, no, no, no, ¿qué nos va a contar nada más nombrarle? Si el hombre estará también conociéndole a fondo y esperando sus primeras palabras y sus primeros gestos para sacar alguna conclusión.

Démosle unos días, dejemos que de la primera misa en la Plaza de San Pedro...