Patrick Mackay: El Discípulo del Diablo. Parte II 36405i

06/02/2025

・𝚄́𝚕𝚝𝚒𝚖𝚘𝚜 𝚌𝚛𝚒́𝚖𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚢 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚜𝚝𝚘... ¿𝙷𝚊𝚢 𝚖𝚊́𝚜 𝚟𝚒́𝚌𝚝𝚒𝚖𝚊𝚜?・ Londres, 9 de julio de 1973. La ciudad...

・𝚄́𝚕𝚝𝚒𝚖𝚘𝚜 𝚌𝚛𝚒́𝚖𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚢 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚜𝚝𝚘... ¿𝙷𝚊𝚢 𝚖𝚊́𝚜 𝚟𝚒́𝚌𝚝𝚒𝚖𝚊𝚜?・
Londres, 9 de julio de 1973. La ciudad despierta con la noticia de un brutal crimen.
Los titulares lo describen como: “El misterio de la chica en la vía” y lo subtitulan con la inquietante frase: "Viaje en tren hacia la muerte”.
A 400 metros de la estación de London Bridge, junto a las vías del tren, yace el cuerpo de una joven. Su bolso está a su lado y, en su interior, hay un billete con destino a West Wickham.
La identidad de la chica se revela como Heidi Mnilk, de 18 años. Había llegado a Londres desde Alemania para hacer turismo con su amiga Doris Thurau, pero su viaje terminó en un compartimento de tren, en algún punto entre Charing Cross y Hayes, en Kent.
Minutos después de tomar el tren de las 17:57, Heidi se separó de Doris y se sentó en un vagón para no fumadores. Fue entonces cuando su destino quedó sellado. Bastó un instante, un peligroso desconocido y un cuchillo. Heidi fue apuñalada en el cuello y lanzada desde el tren en movimiento, que en ese momento viajaba a 72 kilómetros por hora.
Dos chicos en edad escolar fueron testigos de lo ocurrido. En un instante, vieron cómo el cuerpo de una joven caía "como una bolsa de ladrillos". Así lo describieron.
Cuando el tren se detuvo en la siguiente estación, dijeron, el asesino salió del compartimento caminando tranquilamente entre la multitud, como si nada hubiera ocurrido.
Un rostro fugaz. Una mirada que se cruzó con la de los testigos. Un hombre de entre 37 y 45 años, de baja estatura, con la piel manchada y una expresión tensa, como si entrecerrara los ojos para ver mejor. Un hombre que desapareció sin dejar rastro.
La policía encuentra una única pista tangible: un cuchillo Bowie de 12 cm arrojado a las vías. Examinan las fotos de la cámara de Heidi, esperando encontrar entre las imágenes una sola pista, pero no hay suerte.
En una ciudad tan grande y transitada como Londres, dar con él sería una tarea casi imposible... ¿o no tanto?

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