
Alucinaciones: música y cómics psicodélicos (TEMAZO - CARNE CRUDA #1521) 376x34
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En este TEMAZO con Sr. Sanabria nos sumergimos en un mundo de cómics, psicodelia y cultura underground. Hablamos con el mítico autor Simon Hanselmann, creador de las famosas viñetas protagonizadas por “Megg, Mogg y Owl”; de la obra de Joel Gion, autor de “Memorias de la Jungla Psicodélica” ; y Javier Gallego cambia de entrevistador a entrevistado, para hablar junto a su hermano Juan Gallego para hablar de "La Plaga", un cómic que es una distopía y también informe forense de esta sociedad que se cae a trozos. Tres mapas distintos con los que viajamos al corazón de las tinieblas culturales: Uno huele a porro y fracaso existencial. Otro a incienso, tequila y backstage. Y el último a antidepresivos e infestación. Más información aquí: https://bit.ly/Comic1521 Haz posible Carne Cruda: http://bit.ly/ProduceCC 27a62
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Mi madre era adicta a la heroína. Hizo lo que pudo, pero había muchos tipos turbios rondando la casa, mucha gente salvaje, mujeres trabajadoras sexuales durmiendo en los baños y metiéndose heroína. Todo era bastante sórdido y horrible, un poco como la película Guma. Mi padre era motero, un Satan's Rider. Se largó y además tenía todos estos conflictos de identidad de género. Yo estaba muy confundido, me vestía con ropa de mujer, pensaba, ¿qué En Tasmania, ser homosexual era ilegal hasta 1997.
Crecí preguntándome, ¿soy gay? ¿Qué está pasando? Era ilegal, pero eso lo hacía parecer punk. Tenía algo de rebelde, incluso de guay. Al final resultó que simplemente era un travesti, uno del montón, nada raro, pero sí, en la escuela te daban palizas por eso. Fue bastante horrible, muchas drogas y gente jodida por todas partes, pero salí. Muchos de mis amigos acabaron en la cárcel por asesinato, pero yo seguía haciendo cómics. Y eso fue lo que me salvó. Al final me fui de la isla.
En el cómic alternativo no hay redención, solo antihéroes que se drogan, se odian y a veces se abrazan.
Gente rota, historias deformes, risas que duelen, como la vida misma, pero con más brillantina y mal rollo a todo color.
El mítico Simon Hanselman dibuja en Café Romántica el vacío con lápiz de colores.
Meg, Mog y Buo no son solo personajes alienados, somos nosotras cuando nos miramos demasiado tiempo en un espejo deformante.
Desempleo, ansiedad, drogas, relaciones tóxicas y brujería millennial y mucho humor. Humor del que te hace reír mientras te preguntas de qué puñetas te rías.
Si Hanselman es un mal viaje en viñeta, lo de Joel Guión es una sesión de espiritismo en un camerino lleno de humo. Es el tipo con las maracas en Brian Johnston Massacre, pero también el último Vipnik atrapado en un arrabe de ácido.
En Memorias de la jungla psicodélica, publicado por el colectivo Bruxista, cuenta su vida como quien recita barros con las Ray-Ban puestas a las 3 de la mañana. Más que unas memorias, unas alucinaciones documentadas.
Y entre las ruinas del costumbrismo español surge La Plaga, un cómic que es distopía pero también informe forense de esta sociedad que se nos cae a trozos. Un cómic que no habla de bichos, sino algo más insidioso, la soledad.
Todo empieza cuando el protagonista descubre un gusano en su despensa, pero no es una invasión biológica sino una afilada metáfora de la alienación contemporánea. La rutina, el aislamiento, la presión por el éxito, todo se enrosca en su mente como esos gusanos invisibles que nos devoran por dentro.
Los hermanos Juan y Javier Gallego, quizá os suene el nombre, construyen un thriller psicológico cargado de simbolismo con una estructura que recuerda tanto a los sueños como a las pesadillas.
La Plaga es un descenso sin red a esa enfermedad sin nombre, sin cura y sin visibilidad, la alienación contemporánea.
Hoy viajamos al corazón de las tinieblas culturales con tres mapas distintos. Uno huele a porro y a fracaso asistencial. Otro a incienso, tequila, backstage. Y el último, antidepresivos e infestación. Abrimos este programa en viñetas, memorias y pesadillas. Bienvenidos a la jungla psicodélica, a la plaga, al delirio ilustrado. Porque reírse del dolor no es evasión, es autodefensa y estos tres libros son trincheras de papel sobre los estados alterados de conciencia.
Un auténtico temazo.
Temón. Temazo. Temazo. Temazo. Temazo es.
El temazo hoy son tres libros no aptos para corazones débiles que nos trae el señor Sanabria que, estaréis notando, está presentando el programa conmigo porque su ultra némesis se ha convertido hoy en invitado.
Y tan a gusto que es estar aquí, francamente, llevamos cuatro minutos, francamente, de programa y el hombre ya está nervioso, se levantó dos veces, se ha abrochado y desabotonado la camisa.
Sí, todo esto es real.
No puede estar tranquilo.
Bueno, a ver, ¿qué pasa conmigo? ¿Por qué no me dejáis hablar? No pasa nada, tú hoy solo tienes que relajarte y esperar a que llegue tu turno.
Sí, seguro que va a ser capaz de estarse media hora o veinte minutos esperando en silencio.
No, probablemente no.
Lo que no es de recibo es que la plaga de gusanos infectos de la que hablo en el cómic haya llegado hasta este estudio, que no sabes lo que cuesta quitárselos luego de encima.
No te preocupes porque de todo eso hablaremos en un rato, te lo prometemos.
Vamos a pedirle a Juan Gallego que controle a su hermano pequeño.
Comenzamos con el cómic Café Romántica de Simon Hanselman.
¿Quién es este señor? Sanabria, ¿cómo puedes definir tú a esta persona? A ver si puedo.
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