E403│Una promesa inquebrantable - Camilo Buitrago │04 may 2025 │ 2l83

Iglesia Filadelfia JB, perfecciona tu vida con la Palabra de Dios.

Y dice la Palabra de Dios, Primera de Crónicas 3, versículos 10 al 20.

El hijo de Salomón fue Roab.

Abías fue su hijo, Asa su hijo, Josafat su hijo, Joram su hijo, Ocosía su hijo, Joaz su hijo, Amasía su hijo, Azarías su hijo, Jotam su hijo, Acas su hijo, Ezequías su hijo, Manasés su hijo, Amón su hijo, Josías su hijo.

Los hijos de Josías fueron Joanán, el primogénito, y el segundo fue Joasín.

El tercero Sedequías, el cuarto Salomón.

Los hijos de Joasín fueron Jeconías, grábate estos dos nombres, Jeconías su hijo, Sedequías su hijo.

Los hijos de Jeconías, el cautivo, fueron Salatiel su hijo y Malquiram.

Pedahías, Senazar, Jecamías, Hosama y Nevadías.

Los hijos de Pedahías fueron Zorobabel y Simeí.

Y los hijos de Zorobabel fueron Mesulam y Ananías, y Selomit fue su hermano.

Y Hasuba, Ogel, Berequías, Asadías y Josabgedet cinco.

Así que vamos a parar ahí porque si continuamos no terminamos, ¿cierto? Entonces vamos a orar.

Quiero invitarte a que coloquemos o nos dispongamos mejor para que el Señor sea hablando a nuestro corazón en esta preciosa mañana.

Amén.

Invito a que cierres tus ojitos.

Papito Dios, gracias.

Soberano Dios de los cielos.

Estamos frente a Ti, Señor, porque deseamos conocerte hoy un poco más.

Con respeto, con temor, con temblor y con la reverencia que sólo Tú mereces.

Queremos pedirte en el nombre de Tu amado Hijo Jesucristo que seas Tú hablando a nuestros corazones.

Y que seas Tú usándome, Señor, para que Tu gloria sea aún más exaltada de lo que sucede cada día por medio de toda Tu creación.

Me dispongo para Ti, Señor, y simplemente quiero ser un instrumento en Tus manos.

Yo no soy nada, Señor, Tú lo eres todo, precioso Rey.

Mis amados hermanos y yo quedamos confiados en que Tú, misericordia, contestarás esta oración en el nombre de Cristo Jesús.

Amén y amén.

Bueno, en tiempos de Gutenberg, que fue quien creó la imprenta, muchos de los que comenzaron a leer lo que se imprimía en ese lugar dijeron que eso no iba a tener ningún efecto en las personas porque carecía del alma del escritor.

Es decir, que no tenía el efecto que podía tener debido a que no estaba escrito directamente de la mano de quien lo había propuesto, de quien lo había planteado.

Pero, distinto a eso, esto fue lo que permitió que la difusión de la Palabra de Dios llegara a muchos lugares.

De hecho, Martín Lutero dijo de Gutenberg, del invento de la imprenta, dijo que había sido el don más preciado que Dios le había dado a la humanidad.

Así que algunos opinaban que no servía para nada, pero otros llegaron o concluyeron que era un instrumento muy valioso en las manos de Dios para edificar a todo el mundo.

De hecho, cuando Martín Lutero traduce la Palabra de Dios y comienza a repartirla, usó precisamente la imprenta de Gutenberg para hacerlo.

¿Y por qué les cuento todo esto? Porque de la misma forma, cuando nosotros leemos estas genealogías, a veces nos parecen un poco tediosas y aburridas y pensamos que no pueden llegar a edificarnos.

Pero contrario a eso, están escritas en la Palabra de Dios y sirven, como lo dijo el apóstol Pablo, porque toda la Escritura es inspirada y sirve para instruir, para redarguir, para bendecirnos, porque sigue siendo Palabra de Dios.

Así que hoy quiero hablarles precisamente de lo que estaba ocurriendo con el autor de Crónicas cuando escribió esto. Este libro, los primera y segunda de Crónicas, que en realidad es un solo libro, fue escrito por un hombre que vio la necesidad de hacerlo debido a que el pueblo de Israel había estado exiliado, había estado preso, había estado oprimido por Babilonia durante 70 años.

Ellos, tiempo atrás, habían visto como el templo de Salomón había sido destruido por completo, quemado, quemaron la casa del rey, quemaron las grandes casas, como dice II de Reyes 25, y luego estuvieron 70 años fuera de su nación, fuera de su templo, y fuera de todas las promesas que en su tiempo había dado Dios frente a un rey y a un templo.

Así que cuando ellos vuelven…